1 - Aléjate de mí

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Había recorrido hasta los lugares más recónditos del territorio y todavía no había encontrado lo que buscaba. Era como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra.

Sesshomaru resopló rendido y se acomodó bajo un árbol, decidido a descansar, pues las semanas de intensa búsqueda habían terminado por agotar su paciencia.

(...)

— Enseguida vuelvo.

Amane salió por la puerta, despidiéndose de su familia, y se encaminó hacia el bosque que se encontraba a escasos metros de su casa. Dicho bosque había estado allí incluso desde antes de que ella hubiese nacido y nunca nada la había incitado a explorarlo. Sin embargo, una luz de color azulado había resplandecido en medio de su espesura la noche anterior, despertando su interés por descubrir qué había sido aquello.

Tras varios minutos andando, llegó hasta el lugar de donde creía haber visto surgir aquella luz: un lago.

— Aquí no hay nada.— dijo para sí misma

Por más que observó el lugar, no vio nada más allá de hierbas secas y árboles a su alrededor.

Se sentó en la orilla del lago y resopló decepcionada.

— ¿Acaso me lo habré imaginado?— pensó

Se decidió a pasear su dedo por el agua y, en cuanto este hizo contacto con el líquido, la misma luz de la noche anterior comenzó a destellar desde lo más profundo del lago.

Amane no pudo siquiera pronunciar palabra, aquel resplandor la había absorbido.

(...)

Sesshomaru despertó sobresaltado.

Sal.

Olía a sal.

No se estaba equivocando. Se encontraba cerca, muy cerca.

No le importaba de dónde hubiera aparecido, sólo quería cumplir su objetivo.

Salió corriendo tras el olor hasta llegar a una especie de prado, en el cual una humana yacía tumbada en el suelo.

¿Estaría muerta?

Se acercó sigilosamente hacia ella hasta quedar a escasos centímetros. Pudo observar cómo respiraba, lo que le hizo alejarse algunos pasos.

Volvió a olfatear el lugar, el olor procedía de ella.

— Pero esta mujer es humana.— dijo pensando en voz alta

Sin embargo, no olía como tal.

¿Sería en verdad aquello que llevaba tanto tiempo buscando?

Su olfato no podía fallarle, era ella.

Se decidió a acercarse de nuevo, mas retrocedió subiéndose a un árbol cuando vio que la muchacha comenzaba a abrir sus ojos.

Amane se levantó costosamente y se llevó una mano a la cabeza, sintiéndose completamente aturdida. Cuando recobró plenamente la visión, observó con detalle su alrededor: aquel no era el lugar en el que ella se encontraba no sabía cuánto tiempo antes.

Quiso comenzar a caminar cuando sintió una presencia.

— ¿Hay alguien aquí?

Nadie respondió su pregunta. Intentó poner toda su atención en los sonidos que la rodeaban, pero no logró escuchar más allá del viento y su respiración.

— Si hay alguien aquí, que salga, por favor. No voy a hacerle daño.

— ¿Hacerme daño?— contestó con sorna

Shōganai | InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora