Amane despertó al lado de una especie de río verdoso. Cuando quiso acercar su mano al agua, una voz la hizo retroceder.
— Es ácido.
Giró su cabeza y vio al que tantas veces había intentado matarla, recostado a pocos metros de ella.
Sesshomaru había conseguido sacarse las lanzas envenenadas que lo atravesaban, pero las heridas que habían dejado eran demasiado profundas y le impedían moverse por el momento.
Amane se acercó a él lentamente, con algo de miedo.
— Estúpida, ¿no ves que no puedo moverme? No podría atacarte aunque quisiera.
Amane se relajó al oír aquellas palabras. No iba a hacerle daño, al menos esa vez.
Un ruido hizo que la chica dirigiese su atención hacia el río, que estaba creciendo. Si no salían rápido de allí, serían deshechos por el ácido.
— Tenemos que salir de aquí.— dijo buscando una salida, pero no vio ninguna— ¿Podrías hacer una salida con tus poderes?
— ¿Es que acaso también eres sorda, niña? Te he dicho que no puedo moverme.
Los ojos de Amane se abrieron exageradamente. Ella por si sola no podría salir de allí y si Sesshomaru no podía moverse...
— No pienso morir aquí.— pronunció en voz alta— Ya está, he tenido suficiente. ¡Quiero despertarme!
La chica comenzó a dar vueltas por el lugar mientras arremetía contra las paredes, haciendo que el demonio a su lado la mirase extrañado.
— Actúa como una demente.— pensó
En aquel momento, Amane frenó en seco. Había tenido una idea de qué hacer.
Se acercó apresuradamente a Sesshomaru y se arrodilló a su lado.
— No me toques.— dijo al ver cómo las manos de la muchacha se acercaban a sus heridas
— ¿Es que acaso tú sí quieres morir aquí?
Sesshomaru no respondió, simplemente giró su cabeza hacia un lado. Amane se tomó aquello como un "Haz lo que quieras" y volvió a posicionar sus manos sobre las heridas.
El maestro Yamikotai le había dicho que, si en verdad lo deseaba, quizá pudiera ser capaz de curar a alguien que no fuera ella. Pero la cuestión era: ¿En verdad quería curar a aquel demonio que sólo deseaba su muerte?
No estaba segura de lo que iba a hacer, ni siquiera de si lo conseguiría, pero en vista de que parecía no haber otra opción, quería salir de allí con vida.
— ¿Pretendes curarme?— habló tras un buen rato de silencio, a lo que Amane asintió— ¿En verdad te crees capaz de ello?
— Puede que no sea tan inútil como crees.
Fue lo único que dijo antes de volver a concentrarse en su tarea. Sesshomaru tenía serias dudas de que aquella humana pudiese salvarle. Tampoco era como si se estuviera muriendo, pero el veneno de las lanzas había anulado por completo su rapidez de curación y, antes de que pudiera volver a moverse, el ácido los habría consumido.
Amane se estaba esforzando al máximo, pero no obtenía resultado alguno y estaba empezando a desesperarse. El río de ácido crecía por momentos y no tardaría mucho en alcanzarlos. No sabía qué era lo que debía hacer. ¿Tenía que convencerse a sí misma de que aquello era lo que deseaba?
— Deja de malgastar tus fuerzas inútilmente.— dijo mirándole a la cara por primera vez— Intenta encontrar una salida y vete. Si yo fuera tú, es lo que haría.
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Shōganai | Inuyasha
Fantasy"Tienes miedo de amar algo que sabes con certeza que un día perderás."