8 - Un interés oculto

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— ¿Conseguiste averiguar lo que te pedí?

— Sí.— contestó

— ¿Y bien?— se impacientó Naraku

— ¿Alguna vez has oído hablar sobre los Godai?

— El grupo de demonios que poseía el poder de los cuatro elementos.— afirmó— ¿Acaso han escapado del sello que los retenía?

— Tres de ellos fueron despertados y Sesshomaru los asesinó.

— ¿Y el restante?

— Por lo visto, la guardiana del agua logró escapar de su sello y reencarnar. Ella es la humana a la que estás buscando.

Entonces no se había equivocado. Aquella mujer era incluso más poderosa de lo que él pensaba y podía causarle graves problemas.

— Dime cómo puedo eliminarla.

— Tengo la manera perfecta, pero deberás esperar.

— ¿Cuánto?

— Lo necesario.— dijo la hechicera dándole a entender que no insistiese más

(...)

— Este va a ser tu último entrenamiento, Amane. ¿Estás preparada?

— Lo estoy.— dijo decidida

— Bien. Has aprendido a intuir y a esquivar, a sanar y a devolver los ataques de tu enemigo.— recordó— Hoy vas a aprender a atacar con tu propio poder, utilizándolo al máximo.

— ¿Qué debo hacer?

— Crearé un monstruo y deberás derrotarlo.

Dicho y hecho. El anciano ni siquiera permitió que Amane analizase sus palabras, un enorme monstruo ya se encontraba frente a ella.

Aquella criatura no se lo pensó dos veces y atacó a Amane, la cual esquivó el golpe.

Pasaron unos cuantos minutos y la lucha continuaba. El gran monstruo atacaba sin cesar y Amane esquivaba cada uno de los golpes.

— No retrases más el atacar, Amane. De lo contrario, tu vida terminará en este lugar.

Tras las palabras del anciano, el monstruo rugió y avanzó con rapidez hacia Amane. La chica se quedó paralizada observando cómo aquella criatura corría hacia ella. ¿Qué debía hacer? No tenía la más mínima idea, pero si no actuaba... aquel monstruo acabaría con su vida.

— ¡Amane!— gritó Inuyasha— ¡Maldita sea, reacciona y muéstranos tu fortaleza!

Amane despertó ante las palabras de Inuyasha. Ellos confiaban en ella y no quería defraudarlos.

— Puedo hacerlo.— se dijo a sí misma- ¡Puedo hacerlo!

Una luz azul envolvió a Amane, elevándola en el aire. Esa misma luz se desprendió de su cuerpo y atravesó al monstruo, el cual no tardó en desvanecerse. Tras eso, la muchacha se posó delicadamente en el suelo y el destello volvió a su interior.

— Ha sido impresionante.— la felicitó Kagome poniendo una mano en su hombro

— Lo has hecho muy bien, Amane.— le sonrió el pequeño Shippo

— Ha sido gracias a vosotros, chicos. Gracias por confiar en mí.

— Debo felicitarte, Amane, la verdad es que me has dejado gratamente sorprendido. Has conseguido demostrar tu potencial y controlar tus poderes con más eficacia de la que nunca llegué a pensar.— suspiró e hizo una pausa— Tu entrenamiento ha terminado. Podéis marcharos.

Shōganai | InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora