La noche era muy tranquila, quizá la que más de todas las que habían vivido juntos. Todos dormían plácidamente en sus correspondientes habitaciones, hasta que...
— ¡Ah!— chilló Shippo
Los gritos del pequeño kitsune llamaron la atención de las dos chicas que dormían a su lado.
— ¿Qué es lo que pasa?— dijo la castaña restregando sus ojos, pues acababa de despertarse
— Amane está... está...
El pequeño zorro fue incapaz de terminar su frase.
Ambas chicas giraron sus cabezas para mirar a donde la mirada de Shippo se dirigía, sorprendiéndose al instante.
Amane se encontraba flotando sobre el futón, con una especie de brillo azul rodeándola.
Sin darles tiempo a decir una palabra más, la morena extendió su brazo en dirección a sus acompañantes, haciendo que brotase de él una cegadora luz que pretendió atacarles.
— ¡Corred!— gritó Kagome
Los tres se levantaron y salieron rápidamente de la habitación.
— ¿A qué se debe este estruendo?— dijo Miroku abriendo la puerta de su habitación mientras bostezaba
Los ojos del monje se abrieron completamente al ver a tres de sus amigos siendo perseguidos por Amane, quien flotaba por el pasillo desplazándose a una gran velocidad.
— ¿Qué es lo que pasa?— preguntó Inuyasha molesto, pues le habían despertado
— Observa el aura que envuelve a Amane, Inuyasha.— le pidió Miroku— Desprende un poder demoníaco enorme.
El peliplateado hizo lo que el monje le había pedido y observó a la chica, quien en aquel mismo momento lanzó un ataque contra él.
— ¿Qué se supone que está haciendo?— cuestionó el medio demonio una vez estuvo junto al resto de sus amigos
— Dudo que sea consciente de lo que hace ahora mismo. Fijaos, sus ojos están cerrados.— remarcó la exterminadora
— ¿Quieres decir que Amane sigue dormida?— preguntó Shippo aferrándose con más fuerza a la pierna de Kagome
— Eso parece, aunque yo diría más bien que está poseída.— habló de nuevo Sango
— ¡Tenemos que salir de aquí!— gritó Inuyasha, previendo que la chica se preparaba para atacarles de nuevo
Sango, Miroku y Shippo montaron en Kirara mientras que Inuyasha cargó a Kagome. Una vez estuvieron fuera del templo, observaron que su amiga había desaparecido.
— ¿A dónde ha ido?— preguntó el peliplateado sin soltar a la morena
— ¡Inuyasha, arriba!— exclamó Kagome señalando por encima de ellos
Amane, quien ahora flotaba por encima de sus cabezas, extendió una de sus manos en dirección a sus amigos, irradiando de ella una cegadora luz que destruía todo a su paso.
Todos consiguieron alejarse a tiempo, quedando sorprendidos ante el poder de la muchacha.
— Inuyasha, ¿qué vas a hacer?— preguntó la morena sintiendo cómo este la colocaba tras él, desenvainando su espada
— Voy a despertarla.— afirmó este apretando sus dientes mientras dirigía su mirada hacia Amane
— No lo hagas, Inuyasha. Te matará.— le advirtió Miroku
— No voy a morir aquí. Nadie va a hacerlo.
El peliplateado encaró a la morena y saltó para enfrentarla, mas cuando este estuvo lo suficientemente cerca, la luz que la rodeaba le atacó, electrocutándolo en el aire y haciendo que se despeñase hacia el suelo.
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Shōganai | Inuyasha
Fantasy"Tienes miedo de amar algo que sabes con certeza que un día perderás."