18 - La recuperación de los poderes robados

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Sesshomaru no impidió que la chica se marchase. Aun así, aquel hecho le enfureció.

¿Cómo se atrevía a desafiarle de aquella manera cuando él se estaba molestando en intentar salvar su vida?

Claro que aquello no se lo había dicho directamente, pero debería haberlo intuido. De lo contrario, ya estaría muerta.

Fuera como fuera, su misión con aquella chica no había terminado. Obtendría su poder, sin importar lo que tuviese que hacer.

(...)

— ¡Inuyasha, espera!

La joven había salido del castillo y había divisado al peliplateado caminando de vuelta a la aldea. El susodicho se giró a mirarla, pero no frenó sus pasos.

— ¿Qué estás haciendo aquí? Vuelve por donde has venido. Ya has dejado muy claro que no quieres seguir con nosotros.

— Yo nunca he dicho eso.— negó la muchacha, alcanzándolo— Simplemente te he pedido que dejes de decidir sobre mí como si yo no pintase nada en mi propia vida. ¿Cómo puede ser que no lo entiendas?

Inuyasha ni siquiera le respondió, se cruzó de brazos y miró para otro lado.

De pronto, unas voces surgieron de entre los arbustos.

— No debe faltarnos mucho.— supuso la castaña

— Esta vez el camino se me ha hecho mucho más largo que las otras veces.— se quejó el pequeño kitsune

— Esperad, ¿esos no son...?— preguntó el monje

— ¡Amane! ¡Inuyasha!— exclamó Kagome

— ¡Chicos!— gritó la morena con alegría al verlos

El pequeño kitsune saltó a los brazos de la muchacha, abrazándola.

— Estábamos muy preocupados por usted, señorita Amane.— dijo Miroku

Antes siquiera de que la chica pudiese responder, el hanyo se apresuró a hablar.

— Ha sido completamente en vano. Ella estaba demasiado a gusto. No somos más que una molestia en sus planes.

El grupo escuchó las palabras de Inuyasha sin entender qué era lo que estaba pasando, para más tarde observar cómo Amane apretó sus puños.

— ¿Ya estás otra vez? ¡Deja de hablar como si me conocieses, porque estás muy equivocado!

Sin decir ni una palabra más, la chica emprendió el camino por el que sus amigos habían venido anteriormente.

— Inuyasha... ¿Se puede saber qué ha pasado con Amane?

Un puñetazo aterrizó sobre la cabeza del pequeño demonio zorro.

— Aprende a meterte en tus propios asuntos.— dijo el medio demonio entre dientes

— No sé qué es lo que ha pasado para que estés así, pero Shippo no tiene la culpa.— habló Kagome, acariciando la cabeza del pequeño que ahora estaba entre sus brazos— Cuéntanoslo, Inuyasha.

— Ahora no me apetece hablar.— contestó este antes de salir corriendo hacia el camino por el que anteriormente se había ido la chica

— Este chico cada día es más raro.— afirmó Sango

— Me preocupa, en verdad.— añadió Miroku

— Parece que se dirigían a la aldea. Volvamos.— concluyó la morena

(...)

¡Anciana Kaede!

— ¿Qué pasa, Amane?— respondió dirigiéndole su atención— ¿Hay algún peligro cerca?

Shōganai | InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora