12 - Liderazgo y cercanía

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Sesshomaru posicionó su mano sobre su espada, pero enseguida la retiró.

— Si uso a colmillo explosivo en este lugar, acabaremos sepultados bajo las rocas.— pensó

— ¿Qué es lo que pasa, Sesshomaru?

El demonio hizo caso omiso a su pregunta y siguió observando el lugar. Las presencias estaban allí, pero no sabía a qué esperaban para atacar.

En un acto imprevisible incluso para el propio sujeto que lo realizó, el peliplateado lanzó su espada contra Amane y esta volvió a evitar darle, desviándose unos cuantos metros.

— Sigue sin funcionar.— murmuró para sí mismo

— Pero... ¿Estás loco? ¡Podías haberme matado!— gritó

Sesshomaru volvió a reír internamente ante la actitud de la chica. ¿Acaso no se había dado cuenta de que su intención siempre había sido matarla?

Para sorpresa de ambos, quienes se encontraban absortos en sus propios pensamientos, un grupo de demonios salió de la oscuridad y se lanzó a atacarlos. Sesshomaru comenzó a cortarlos con su látigo de veneno, pero no dejaban de aparecer más, por lo cual era totalmente en vano.

Por su parte, Amane huía de los demonios de un lado para otro. Aunque ya hubiese aprendido a emplear cada una de sus técnicas, estaba muy lejos de tenerlas perfeccionadas y no disponía de conocimientos sobre batallas ni cómo llevarlas a cabo. Por no mencionar que temía por su vida.

— Humana estúpida, deja de correr y atácales tal y como hiciste conmigo.— habló Sesshomaru elevando la voz para que ella pudiera escucharlo

Los demonios que habían aparecido al principio eran muy débiles, pero a medida que pasaba el tiempo iban apareciendo demonios mucho más fuertes y Sesshomaru no podía permitirse el lujo de distraerse e ir a salvarla. Además, si ellos la mataban ya no tendría forma alguna de obtener sus poderes.

— Verdaderamente eres débil, estúpida humana.

— Me llamo Amane, ¿escuchas? ¡A-ma-ne!— replicó furiosa

Estaba harta de que se dirigiese a ella de aquella manera tan despectiva. Le parecía bien que él fuese un demonio poderoso y que de alguna manera se sintiese superior, pero aquello no le daba derecho a ser tan irrespetuoso.

La furia de la chica se desvaneció al ver cómo uno de los yokais que los atacaban tenía a Sesshomaru cogido por el cuello y lo apretaba contra las rocosas paredes.

No se lo pensó dos veces y corrió hacia ellos hasta quedar debajo de aquel enorme demonio.

— Vete.— dijo el peliplateado como pudo mientras continuaba intentando zafarse del agarre

— No.— pronunció decidida

Fue en aquel momento cuando el yokai se dio cuenta de que una pequeña humana le observaba desde el suelo y se decidió a atraparla también. Amane, sin estar muy segura de cómo lo hizo, irradió una luz extremadamente brillante de su cuerpo que hizo que el demonio se desvaneciese por completo.

Sesshomaru aterrizó a su lado y la miró fijamente.

— ¿Por qué no te has ido? Ha sido mera casualidad que hayas conseguido salvarte.— dijo serio

— No te hubiera dejado aquí.

— Estoy harto de tu compasión. Hace un rato he intentado matarte y aun así...

— Ya te lo dije una vez, yo no soy como tú.— le interrumpió

Era la primera persona que se había atrevido a interrumpirle en toda su vida. Ahora sí podía afirmar con seguridad que no le temía en absoluto.

Shōganai | InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora