6 - Un gran corazón

207 21 8
                                    

— Bien, Amane, hoy vas a aprender una de las técnicas más poderosas de Mizu.— dijo el maestro Yamikotai, a lo que Amane asintió— Por lo que tengo entendido, ya has utilizado esta técnica en variadas ocasiones, pero debes aprender a controlarla para poder usarla con todo su potencial.

El anciano paseó su mirada por todos los acompañantes de la chica hasta pararse en el medio demonio, al cual le indicó que se acercase. Inuyasha obedeció empuñando a colmillo de hierro.

— ¿Podrás soportar uno de tus propios ataques?

— Supongo que sí.

— Bien, pues utilízalo contra Amane.

Inuyasha y Amane intercambiaron miradas, dándose a entender que confiaban el uno en el otro.

— ¡Viento cortante!

Amane no lo dudó. Levantó su brazo en dirección al ataque de su amigo y sintió cómo la energía que fluía en su interior salía de la palma de su mano, transformándose en un halo de luz que envolvió el viento cortante, haciéndolo desaparecer.

— No te despistes, chico, el ataque no tardará en aparecer.

Tal y como había dicho el maestro, el viento cortante surgió de la nada, haciendo que Inuyasha saliese disparado por el impacto.

— ¡Inuyasha!— gritó Kagome preocupada corriendo hacia él junto con Amane

— Lo siento mucho, Inuyasha, ¿estás bien?— se disculpó

— No soy tan débil como vosotras.— dijo apoyándose en su espada para poder levantarse

Amane suspiró de alivio. Inuyasha estaba bien y ella había conseguido devolverle el ataque.

— Te felicito, Amane. Si consigues combinar esta técnica con tu poder de intuición, serás difícil de derrotar.

Amane sonrió victoriosa, pero enseguida una duda cruzó su mente.

— Señor Yamikotai, aparte de poder desvanecer los ataques, ¿también puedo hacer desvanecer a mi enemigo?

— No que yo sepa. ¿Por qué preguntas?

— En alguna ocasión he hecho desaparecer a Sesshomaru.

— Comprendo. Tú no fuiste quien hizo desaparecer a Sesshomaru. Fue su espada, colmillo sagrado, la que lo protegió ante tu ataque, haciéndolo desaparecer.

Amane asintió ante la explicación del maestro.

(...)

— Tengo un trabajo que ofrecerte.— habló apareciendo entre la oscuridad

La voz masculina captó la atención de la mujer que se encontraba dentro de aquella cueva, haciendo que se girase.

— ¿Y tú eres...?

— Me llamo Naraku, poderosa hechicera.— dijo haciendo una reverencia

— ¿Para qué requieres mi ayuda, Naraku?

— Seguro que recuerdas al perro demonio que te confinó en esta cueva.

Izanami apretó la mandíbula con rabia.

— Escuché que murió protegiendo a una humana con la que acababa de tener un hijo.— relató— Patético.

— Así es.— sonrió— Tuvo dos hijos, Sesshomaru y el medio demonio, Inuyasha.

— ¿Por qué me estás contando esto?

— Necesito tu ayuda para eliminar a una humana que acompaña al grupo de Inuyasha.

Shōganai | InuyashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora