ⅩⅩ (2° temporada)

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Narra Braeden.

Sonreí al verme en el espejo.

Mi cabello castaño llegaba en suaves ondas artificiales, hasta un poco más abajo de mis hombros. Mis ojos verdes resaltaban con el maquillaje negro. Mis labios estaban de un intenso color rojo, ya que los tuve que maquillar debido a una apuesta perdida con Lauren. En realidad todo en conjunto se veía bastante bien.

Perfume con delicadeza mi cuello y me reí estúpidamente mientras veía como un rubor cubría mis mejillas.

La puerta. Quería que tocaran esa maldita puerta.

—Lauren, si quieres podemos llevarte —dije mientras me acercaba a la puerta del baño donde ella se estaba alistando.

—Tranquila —me dijo desde dentro. —Estaré bien. Tyler pasara por mí.

—Claro, claro —suspire.

Naturalmente pensándolo. Alexa y Tyler iban como amigos, se suponía. Lauren no tenía a Nathan aquí y tendría que ir sola. Y bueno, a mi me vendría a buscar él. Me sentía mal por dejarla sola de esta forma.

Escuche dos golpes en la puerta y sonreí instantáneamente.

—Me voy —le avise a Lauren.

—Te veo en el baile —me respondió.

—Claro.

Mientras caminaba a la puerta de mi departamento movía mis manos peinando mi cabello repetidas veces. No estaba como yo quería y tenía que estar perfecto al momento de abrir la puerta.

Suspire frustrada y abrí la puerta con nervios.

Los ojos azul cielo que vi me dejaron anonada por unos breves segundos.

—Te ves hermosa —dijo esa voz dulce desde el otro lado de la puerta.

Sentí como la sangre me subía a las mejillas y mi frente se sentía como si estuviera en un sauna.

—Gracias —susurre.

Matthew me sonrió y tomo mi mano acercándome a él. Su dulce aliento golpeo mi rostro y sentí que mis piernas temblaban.

—Las tradiciones pudieron conmigo —rió para sí mismo y levanto mi mano poniéndome una pulsera de flores, que no me había dado cuenta que tenía en su mano izquierda.

—Un corsage —susurre.

La pulsera estaba compuesta por un montón de flores blancas mezcladas con flores pequeñas negras.

— ¿Flores negras? —pregunte sorprendida.

—Crecieron con colorantes —me sonrió. —Son algo difíciles de encontrar, pero una persona me dijo que tu vestido era negro, quería que combinara.

No es mi vida, es solo una misión más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora