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—Al fin llegas —me saludo Jared desde el salón.

— ¿Me esperabas? —pregunte.

—Acaba de llamar Anne quiere que te des una vuelta por la casa Lewis, pero que no entres, solo para chequear —dijo mientras cambiaba los canales en la televisión.

— ¿Ahora? —pregunte en tono de suplica.

—Sí, ahora —se paro y tomo mi bolso, lo dejo sobre la mesa de la entrada.

—Bueno —dije de mala gana, tome las llaves de mi auto.

—No sin auto —me quito las llaves y las volvió a colgar.

— ¿Qué? —reclame.

—Podrían reconocer tu auto, Lauren y Tyler ya lo conocen demasiado, precauciones —dicho esto se volvió a sentar en el sillón y comenzó a cambiar los canales.

Enojada revise mi cartera, tenía suficiente para un taxi de aquí a la casa Lewis y de vuelta. Después de una rápida llamada a la estación de taxis, me senté a esperar en la cocina.

No quería ir a la casa de Lauren, parecía como si no quisiera saber de mí más. Fue demasiado cortante en el auto, ¿Qué le pasara?

Bocinazo.

Llego el taxi, me despedí con un <<Vuelvo en dos horas>>

Estaba en la cima de un árbol muy frondoso, mirando oculta como Patrick trabajaba en su despacho, llevaba 30 minutos viendo como abría carpetas y anotaba, abría carpetas y llamaba por teléfono, abría carpetas y leía. Lo llevaba haciendo en patrón durante 30 minutos, desde que llegue.

Se recostó en su silla, quitándose los anteojos y frotándose las sienes. Me enderece en mi posición para captar algo importante. Se levanto de su asiento, camino un par de minutos por la habitación, hasta que se asomo por la ventana.

Estaba bien oculta no tenía nada de que temer. 

Miro los jardines que rodeaban su gran mansión, miro las pequeñas calles que tenia construidas dentro de su recinto, al parecer captándose de que nadie lo estuviera observando, dio media vuelta y se arrodillo en el suelo. Raro, pensé.

Estuvo uno o dos minutos en esa posición debajo de su escritorio.

-Espera –dijo mi consciencia.

- ¿Qué se te ofrece? –le respondí cortante sin quitar la vista de Lewis.

- ¿El no tenía una caja fuerte de bajo de su escritorio? –pregunto en tono de afirmación.

- ¡Cierto! Debe estar abriéndola –vi como Patrick se levantaba con algo en sus manos.

- ¿Qué tiene ahí? –pregunto mi consciencia.

Patrick Lewis estaba mirando unos sobres blancos que sostenía con manos tiritonas. De pronto algo atrajo mi atención, estaba ¿Llorando? Rápidamente secaba sus lágrimas que eran reemplazadas por nuevas.

No es mi vida, es solo una misión más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora