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—Ehh... —traté de pensar una escusa rápida. — ¿Cómo lo sabes?

—Tengo muy buen oído y Lauren grita muy fuerte —rió. —Conseguiste tu propósito.

—De hecho —me dirigí a la cocina.

—Le diré a Jones —me siguió. —Bien hecho mounstrito —sonrió y desapareció por el pasillo.

De mala gana, serví agua en un vaso y corriendo subí las escaleras a encerrarme en mi habitación. ¿Por qué a mí? Pensaba, porque no puedo tener una común historia de amor. Porque justo yo debe ser una complicada donde soy un agente y él es el hijo de la persona que voy a matar. ¿Porque a mí?

A la mañana siguiente me levante de mala gana, me arregle y duche de mala gana, y por una llamada de Jared para desayunar baje las escaleras.

—Buenos días —me saludo Jared apenas pise la cocina.

—Hola —respondí seca.

— ¿Por qué de tan malhumor? —dijo mientras se preparaba sus tostadas.

—Nada, una estúpida tarea que no alcancé a terminar —mentí.

— ¿Una tarea que no alcanzaste a terminar? —dudó.

—Si —dije mientras comía mi tostada.

—Debió de haber sido una muy larga —me miró.

—Sí, y como ayer vino Lauren no me acorde —mentí de nuevo.

—Oh...bueno, que no vuelva a pasar —me dijo.

—No volverá a pasar —tome mi bolso. —Bueno debo irme. Adiós —me despedí rápido mientras cruzaba la puerta. Al cerrar dos bocinazos llamaron mi atención, di media vuelta y como creí los bocinazos eran para mí.

Un Porshe negro estaba estacionado con el motor encendido al frente de mi casa. El vidrio polarizado bajo y pude ver a un sonriente Tyler. Con una mano me saludo diciéndome que me acercara. Desconcertada camine hacia él.

—Hola —saludó alegre.

— ¿Hola? —le respondí sin entender por qué estaba a las 7 de la mañana afuera de mi casa. — ¿Por qué estás aquí? —le pregunte.

—Bueno —me miro. —Ayer tú me llevaste a mi casa de noche, así que se me ocurrió que hoy yo podría llevarte al instituto.

—No tienes porque...

—Tranquila —me interrumpió. —Tu casa queda de camino al instituto, solo me tuve que desviar un poco, quiero agradecerte solamente —Tic. Sonó el seguro de las puertas de su auto. —Sube —me indico.

Le di la vuelta al auto y me subí en el asiento del copiloto.

—Gracias —dije cerrando la puerta.

—No hay de que —me miro sonriéndome. —Ahora estamos a mano.

Todo el camino fue muy...incomodo, estaba nerviosa de tenerlo a menos de 1 metro de distancia, y más aun sabiendo que me ama. Aunque no se pudo haber enamorado de un solo beso, no tan rápido, tengo que hacer que cambie de opinión. Pero al ver las circunstancias del problema, no creo que sea posible.

—Creo que tu novia espera una explicación —le dije mirando a Ashley quien nos veía furiosa al vernos bajar de su auto juntos.

—No le debo ninguna explicación, ya no somos nada —dijo serio caminando conmigo hacia el instituto.

— ¿No son nada? ¿Terminaste con ella? —le pregunte "sorprendida".

—Si —me sonrió de costado. —Soy libre —rió, mientras abría la puerta de la entrada para que pudiera pasar, le sonreí en respuesta.

— ¿Por qué tan feliz? —le dije seria. —Se acabo una relación muy —dudé. —Bonita —el rió a carcajadas.

—Esa relación fue soportable hasta el mes y medio —dijo mirando al frente. —Luego se hizo insoportable, para nada bonita —añadió.

— ¿Por qué? ¿Qué paso? —pregunte curiosa.

—Llegaste tu —quede atónita, ¿Se me estaba confesando?

— ¿Qué hice? —le pregunte mirando para abajo.

—Ella te tenía celos. Te tiene celos, y como tú eres la mejor amiga de Lauren. Lauren es mi hermana, es normal que nos veamos seguido, y ella creía que tú querías...—pensó. — ¿Cómo fue lo que ella dijo? —se dijo a sí mismo. —A si —rió acordándose. —Robarme —pasó los ojos en blanco. —Luego te insultaba con unas palabras no muy bonitas —abrió su casillero. —Se enojaba porque te defendía, era insoportable —guardo unos cuadernos y otros los saco y los puso en su mochila.

— ¿Por qué me defendías?

—Porque —dudó. —Simplemente tú no tienes la culpa de que ella este loca de celos.

—Gracias —le dije.

— ¿Por qué gracias? Lo he escuchado muchas veces hoy. ¿Es el día de los agradecimientos? —reímos juntos.

—Por haberme defendido contra tu novia —me miro cómplice. —Ex novia —corregí, a lo que el sonrió.

—Ex novia —repitió apoyándose contra el casillero

—Hablando de la reina de Roma —exprese fastidiada. Ashley venia caminando con su ejército de súbditas, unas chicas que o por falta de autoestima o están simplemente locas, la seguían.

—Ayúdame —me susurro al oído, haciendo que me estremeciera.

— ¿Te ayudo a qué? —le pregunte en un susurro también.

—Ríete como si la estuviéramos pasando muuuy bien —rogó alargando el "muy".

— ¿Le quieres dar celos? —dije riendo bajo. —Eres un infantil.

—Por favor —me rogó mirándome con cara de perro atropellado.

—Bueno —accedí rindiéndome, y comenzamos a reírnos muy fuerte, aunque la risa de Tyler era tan sobreactuada que provocaba mi risa real. Pasaron unos segundos hasta que me di cuenta de que la trayectoria de Ashley no era recta para seguir por el pasillo, ella venia en diagonal, hacia nosotros.

— ¡Qué lindo Tyler! —dijo elevando su voz, Tyler paro de reír al instante.

— ¿Qué es lindo? —pregunto sin entender, yo tampoco entendía.

— ¡Me engañas, termino contigo y vas directo a donde tu amante para reírse de mí en mi cara! —dijo tan alto provocando que todo el pasillo quedara en silencio mirándonos.

-Nhela

No es mi vida, es solo una misión más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora