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Narra Tyler.

En mi clase nos habían dejado salir temprano, pero como tenía que esperar a Alexa fui a mi casillero por dinero para llevarla a comer algo.

Suspire a mitad del pasillo.

Aun no podía creer que hace dos meses estaba saliendo con ella.

Ella era tan perfecta. Su forma de ser. Como me hacía reír. Sus ojos de un verde tan extraño e hipnotizante, podría quedarme todo un día mirándolos y no me aburriría. Me encantaba cuando me sonreía traviesamente y como en un segundo podía cambiar a una sonrisa tímida. Si era por ella no me importaba las miles de broma que me hacia su padre. Me cruzaría entre ella y una bala si fuese necesario.

—Hola guapo —dijo una voz irritante detrás de mí.

— ¿Qué quieres Ashley? —tome mi billetera.

—Solo quiero arreglar las cosas —dijo dulce.

—No tenemos nada que arreglar —me di la vuelta y la mire.

—Claro que si —jugó con las puntas de su cabello. —Lo nuestro no termino bien y eso no me gusta —me miro con ojos de perrito.

—Ya no importa —puse mi billetera en el bolsillo trasero de mi pantalón.

—Claro que importa —sonrió. —Déjame demostrarte que podemos seguir siendo amigos.

— ¿Cómo?

—Te invito a tomar un café.

—Aquí no venden café —le aclare.

—Aquí no —me mostró las llaves de su auto.

—No puedo, voy a llevar a Alexa a su casa —cerré la puerta de mi casillero.

— ¿Vamos y volvemos antes de que ella salga de su entrenamiento? —me hizo un puchero. 

— ¿Cómo sabes que ella tiene entrenamiento? —pregunte extrañado.

—Tengo amigas en las animadoras también —se excuso.

—No lo sé.

—Por favor, solo quiero un tiempo de amigos —dijo. —Tú, yo y los momentos divertidos que hemos pasado.

Suspire.

Si algo me había enseñado la madre de Lauren, era que nunca había que negar una invitación de una señorita.

—Solo 30 minutos y me traes de vuelta aquí —le dije.

— ¡Sí! —sonrió y entrelazando nuestros brazos me llevo a su auto. —La pasaremos genial.

Narra Nathan.

Llegamos al aeropuerto. Mi cabello estaba oculto por una gorra. Unos lentes de sol ocultaban las ojeras de la noche anterior. Había llorado toda la noche y estaba casi seguro de que aun no dejaba de temblar. Pensar que tal vez nunca más la vuela a ver me rompía el corazón y hacia que mis ojos se llenaran de lágrimas de nuevo.

Anne me había dejado hacer una última llamada. Solo una. No le importaba si no contestaba, si el teléfono estaba apagado, si no había señal, aun así solo podía intentarlo una vez.

Estaba indeciso.

Me moría de ganas de escuchar la voz de Lauren una última vez, pero si no contestaba habría perdido mi oportunidad.

Lo más probable es que Alexa me contestara, pero que podría decirle.

Suspire y marque el número de Alexa. Después de tres tonos respondió.

— ¿Diga? —pregunto.

—Alexa. Hola...soy Nathan —dije poco convencido.

—Nathan —dijo en tono de sorpresa. — ¿Dónde estás?

—En el aeropuerto —me aleje un poco para que ellos no escucharan. — ¿Cómo esta Lauren?

—No la he visto en todo el día —respondió. — ¿Qué paso anoche?

—En pocas palabras —suspire. —Ella me odia.

—Ella no te odia —me dijo.

—Bueno estoy seguro que ahora sí.

— ¿Qué pasara contigo ahora? —pregunto después de unos segundos.

Unos agentes se acercaron a mí.

—Tengo que irme, el vuelo no —cargué la voz en la última palabra. —ha salido aun, pero me —cargue la voz en esa última palabra. —llaman. Escuche que en el avión transmiten una serie llamada "Rendiré" —cargue la voz en ese título inventado. —Adiós.

Los agentes se alejaron un poco al ver que ya iba a colgar.

—Dile a Lauren que la amo —susurre y corte la llamada, mientras rezaba para que Alexa haya captado el mensaje.

-Nhela

No es mi vida, es solo una misión más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora