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—Vamos tu puedes —anime a Thomas.
—Esta fría —se afirmo con más fuerza de mis manos.
—Vamos —reí. —Tú querías saber que se siente.
—Ya —suspiro y se hundió, con mi ayuda, hasta los hombros en el agua de la piscina.
— ¿Y bien? —pregunte.
—Se siente...genial —rió feliz, y avanzo unos pasos en la piscina. Sonreí afirmando sus manos firmemente.
—Solo un rato más aquí —advertí, después de unos minutos.
— ¿Por qué? —exigió, borrando la sonrisa de su rostro.
—Hace frío.
—Salte tu —hizo un puchero muy tierno.
—No, nos saldremos los dos. No te puedo dejar aquí solo.
—Por favor —alargo la suplica.
—Está bien —bufe. —Pero te dejare en la zona para niños.
— ¿Por qué? —reclamo.
—Porque eres un niño —sonreí y apreté su mejilla, a lo que él se cubrió la cara con las dos manos.
—Déjame —saco mis manos de su cara y yo reí.
—No —tome su mano y lo guié hasta la zona infantil de la piscina, donde el agua era de apenas unos centímetros de alto.
Lo deje ahí, me despedí y salí del agua para irme a secar debajo del árbol que se apoderaba de gran parte del pequeño parque donde estaba la piscina del C.R.V.
Me senté debajo del árbol pero a unos metros del tronco de este, cerré los ojos sintiendo el calor proporcionado por el sol, y como mi cabello y mi cuerpo se secaban.
Llevaba unos diez minutos con los ojos cerrados, escuchando de fondo como Thomas chapoteaba feliz en el agua.
Su primera vez en una piscina, pensé.
Cuando siento como alguien me besa el hombro. Me sorprendí pensando como alguien puede venir y ser tan descarado, como para hacer...eso, cuando recordé que Nathan trabajaba aquí. Definitivamente era él, podía sentir su olor a menta, y su tan egocéntrica presencia.
No le di importancia, pensando que se aburriría. Pero me di cuenta muy pronto que estaba equivocada.
Siguió besando mi hombro, pronto fue subiendo, hasta besar mi cuello. Corrió a un lado mi cabello, que seguramente le molestaba. Y siguió besando delicadamente mi cuello, haciendo que me estremeciera.
—Nathan —dije con dificultad. —Thomas está en la piscina —advertí entrecortadamente.
—Que importa —beso mi cuello una vez más. —El no nos ve —susurro en mi oído, estaba a punto de protestar, con que era un insensible cuando dijo. —Podemos hacer lo que queramos —dijo sensualmente, al mismo tiempo que besaba mi cuello por tercera vez.
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No es mi vida, es solo una misión más.
AcciónPrimera y segunda temporada! Esta novela NO esta permitida adaptarla. :D Todos los derechos de autor a su escritora!