Daboia Russell |Jughead Jones|

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   Esta mañana he descubierto que Betty es una pésima mentirosa. Cheryl se ha enterado sobre Polly y ahora quiere verla. No me fío para nada.

   Me duele todo el cuerpo, tengo un gran moratón en la espalda que agradezco que todavía es invierno y no debo usar traje de baño. Porque Jughead me arrancaría la cabeza al verlo. Vaya caída...

   Archie y mi pelinegro de ojos cambiantes están en la construcción, viendo cómo le fue a mi suegro en su primer día de trabajo. Ruego con los dedos cruzados de que le vaya bien, se lo veía tan ilusionado a mi Juggie.

   Yo estoy en el Pop's, he venido aquí con la excusa de decirle a mis padres que cenaré con Ronnie y B. He almorzado sólo un zumo de manzana y me he dedicado a trotar por la orilla del río, haciendo una secuencia de ejercicios. Era en serio cuando dije que bajaría de peso, supuestamente, según Internet, bajaré cinco kilos esta semana. Es increíble lo que puede funcionar la dieta líquida, parece ser totalmente efectiva. Mucho más si hago ejercicio. Sin embargo, estoy usando ropa holgada, al menos por un tiempo, para seguir pareciendo gorda. Hasta que sea el momento exacto y pueda mostrarle a todos mi perfección física. Por lo cual, me he tomado un batido de frutilla al agua hace unos diez minutos, esa fue mi cena. Aproveché a hacer todas mis tareas y estudiar un poco por si nos llegan a hacer un examen sorpresa.

   Aunque, la dieta líquida sólo me sirve entre 6-7 días, la extenderé a 10 para lograr llegar a los siete kilos bajados como máximo y buscaré una dieta equilibrada para nutrirme y poder moldear mi cuerpo con músculos. Sólo quiero en mi peso ideal, que son sesenta y cinco kilos, con eso estaré más que feliz. Usaré el gimnasio de la escuela una hora al día dos veces por semana y en un mes tendré un cuerpo mejor que el de Megan Fox. Es obvio que tengo que hacer todo esto a espaldas de mis amigos, a espaldas de Jug. 

   No he hablado mucho con mi novio hoy, sólo en la escuela. Sin prestar atención, vuelvo a fijar mi vista en mi tablet, siguiendo con la lectura de la novela. Estoy reeleyendo hasta donde él me pasó. Realmente me encanta su forma de expresarse. Incluso ahogo un gritito de fan al leer que el protagonista, está de novio conmigo. Leer cómo expresa nuestras escenas me hacen querer dejar de leer para morirme de la ansiedad y luego seguir leyendo después de cinco paros cardíacos.

   Soy cegada por una luz y miro por la ventana, viendo la camioneta de FP Jones. Mis ojos se abren desmesuradamente y agacho mi cabeza al ver bajar a Archie y al chico del gorrito con sus respectivos padres. Es imposible esconderme aquí, soy la única con el pelo corto de todo el maldito pueblo. Recojo mis cosas rápido y me coloco la capucha de mi campera que antes era de Archie, se la robé, aunque él lo sabe. Me levanto, y cuando ellos entran, yo me apresuro a salir.

—¡Hola, Camille! —me saluda Fred Andrews, detengo mi plan de escape y me doy la media vuelta, saludándolos con la mano y una sonrisa un tanto fingida al principio. 

   El padre de Jughead se asombra al verme y hace algo que ninguno aquí esperaba. Me abraza y me estruja entre sus brazos provocando que yo suelte una carcajada de felicidad y mi capucha se salga dejando ver las ondas en mi corto cabello. Puede ser que me haya dado una ducha antes de venir y tuve flojera de alisarlo. No todos los días se me ve así, sin maquillaje y con el pelo de esta forma.

—¡Por fin has tenido los ovarios de declararle tus sentimientos a mi hijo! —confiesa con una gran sonrisa, está sobrio, increíble—. Debo admitir que pensé que él lo haría primero —me toma por los hombros y me aleja para observarme mejor—. Pero mira que bien que te ha pegado la pubertad, niña. ¡Me recuerdas a tu madre a nuestra edad!