Daboia Russell |Jughead Jones|

C |36|

—Pero no quepo —intento excusarme, con las manos en alto.

—¡¿Qué mierda me importa?! ¡Métete ya!

   Le hago caso y me adentro, acostándome al lado de los pies de Arch, cruzados. Ahora la orden va para nuestra mejor amiga.

—Cierra el ataúd y sal de ahí. Betty, hazlo.

—Lo siento —lloriquea ella y cierra el maldito ataúd.

   Comienza a tirar tierra y flashes pasan por mi mente.

   Que idiotez, moriré sin saber si algún día formaría una familia con Jughead. Nunca sabré si mis padres llegarían a los cien años. Papá nunca podrá llevarme al altar, mamá nunca traerá al mundo a sus nietos de parte mía. Moriré sin haber podido ver por ultima vez a mi hermano, Isaac. Kevin, Cheryl, Ronnie... recuerdo sus caras sonrientes y eso me llena de tristeza. No podré confesarle a FP que ha sido un buen padre a pesar de todo, que lo considero como si fuese el mío. Betty... no sabré si podrá llegar alguna vez a ser feliz. Sweet Pea... Toni, me recordarán para siempre, se les romperá el corazón. Sweets, ya puedo imaginarme el ataque de furia que le agarrará cuando se entere, cómo golpeará paredes a medida que sus mejillas están empapadas de lágrimas, cómo nadie deberá interponerse porque serán hombres muertos. Toni, recordará el tiempo que pasamos juntas y llorará abrazada a un roto Pea. Sin embargo, sé que todos contendrán a Juggie, Jug, mi ojos transparentes, mi gorrito, mi amado, mi Príncipe, mi todo, no podré decirle "te amo" una última vez, si tan solo hubiese aprovechado besar sus labios durante más tiempo, saboreándolo. Él, se postraría en mi cama, abrazando una almohada al lado de Zoey y no saldría de allí, sin querer ni siquiera comer, recordando todo lo que vivió conmigo. Culpándose por no haber podido salvar a su mejor amiga, a su hermana, a la niña con la que creció enamorado, el amor de su vida, su Princesa, ya no estaré para él. ¡No me quiero morir!

—Llénalo, Betty.

   Las lágrimas bañan mi cara y quiero hablarle a Archie, necesito decirle que a pesar de nuestras diferencias, lo quiero como un hermano. Que todo estará bien y que es un placer morir junto a él. Sin embargo, si abro la boca, se me llenará de tierra. A la mierda, qué importa.

—Te quiero, Archie, eres un gran hermano para mí —sollozo, sintiendo la tierra en mi cara—. Me alegra que mi fin sea contigo a mi lado. Lamento todas las discusiones, lamento todo.

—¡Lo siento, C! He sido un gran idiota contigo, estaba tan cegado como para darme cuenta de que las Serpientes no eran el problema, me la agarré contigo —suelta hipidos y yo acaricio su tobillo, porque es lo único que alcanzo—. Siempre me arrepentiré de haberte hecho daño, de haberte gritado. Espero que algún día puedas perdonarme, aunque no sea en este mundo. Te quiero, mejor amiga.

—Te perdono, Arch... —nuestras lágrimas crean pequeños hoyos de barro y no puedo evitar soltar una broma estúpida—. ¿Hasta cuando estamos por morir me mandas a la friendzone?