❝ NO PUEDO PARAR DE SOÑAR
CON UNA VÍBORA DE RUSSELL,
ENROLLANDO SU CUERPO ENTRE
EL DE UNA PITÓN VERDE,
EL SÍMBOLO DE LAS SERPIENTES
DEL SUR ❞
❝No creo que sea una coincidencia...
—¿Elizabeth? —cuestiona rápidamente Alice. Betts dubitativa se acerca a la puerta, pero antes su madre le advierte—. Pregunta quién es antes de abrir.
Ella, asustada, la abre y los cuatro respiramos normalmente al ver a mi novio parado en el umbral de la puerta.
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—Buenos días, Betty. He pensado que podría acompañarlas a clase —murmura él. Yo me levanto de mi asiento, siendo detenida levemente por la mamá de mi mejor amiga.
—Espera —susurró de un momento a otro, pasándome mi chaqueta, con mi navaja bien escondida dentro—. Sé que no es mi decisión ni nada parecido, sé que siempre le cuentas todo. Pero te recomiendo ocultarle a Jughead lo que ocurrió anoche. No creo que quieras que él se termine involucrando como ya hemos hecho con Betty.
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Acaricia levemente mi mentón, justo en la marca y me sonríe con lástima. Yo asiento y le guiño un ojo, para no parecer sospechosa. Esconderle el secreto a Juggie será muy difícil, pero ella tiene razón.
—Está bien —camino lentamente hacia mi novio y él me estira la mano con una gran sonrisa, la cual acepto y intento seguirlo, solo saliendo una mueca—. Betty, ¿vienes con nosotros? Si quieres, te esperamos hasta que te vistas.
Ella niega, todavía sigue mal, lo puedo notar. Quiero decirle que yo también, que esto es una maldita pesadilla.
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