seventeen

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–¿Zoe Bartra?– pregunté con suspicacia, soltó una risita.

–Zoe Jenssen, pero sí, soy la hermana de Marc– asentí. Era real–. ¿Cómo hay que llegar a Dortmund?

–Traje mi coche, vamos– asintió y caminamos hasta el susodicho.

Si pudiera oír mis latidos probablemente se cuestionaría por qué iban tan rápido, pero es que estaba junto a Zoe Jenssen, ¡Zoe Jenssen! Y no entendía por qué estaba jugando a que no me conocía, ¿es que acaso en cualquier momento saltaría a golpearme como supuse? No se me hacía divertido su juego.

–Y, ¿qué vas a estudiar?– traté de que charláramos para que no fuera incómodo, además, necesitaba saber sobre su vida, y por qué estaba siendo así conmigo.

–Kinesiología– ¡pero si ya era kinesióloga!–. Ya había estudiado la carrera, aún tengo el diploma en casa, pero... ocurrieron problemas.

–Oh, lamento oírlo– temía preguntarle qué problemas–. ¿Cómo supiste que era yo en el aeropuerto?

–Marc me dijo que su amigo compañero de equipo vendría por mí, solo tuve que googlear tu nombre– rió levemente.

¡¿Cómo podía estar actuando de forma natural?!

–¿Y dónde te quedarás?

–Tengo una amiga que vivió en Dortmund hace unos años y regresó, me dijo que podríamos vivir juntas. Marc también me invitó, pero él tiene a su novia y a su pequeña, así que prefiero vivir con Emery.

Joder, estos eran tantos shocks emocionales que yo iba a chocar mi coche y terminar en coma... santo cielo eso sonó cruel.

Manejé por casi dos horas hasta llegar a la casa de Marc, se despidió de mí y se bajó del coche. Apenas llegué a mi casa llamé a Auba.

¿Marco? Es muy temprano, ¿para qué llamas?

–Primero: son casi las doce, y segundo: es Zoe– se quedó callado por unos instantes–. Auba, ¿escuchaste lo que te dije?

¿Son las doce? Oh por Dios se me olvidó ir a buscar a los niños.

–¡Auba! ¡Es Zoe!

No entiendo de qué mierda o de quién mierda me estás hablando– sonaba como si estuviera vistiéndose.

–¿Zoe Jenssen?

–Marco, eso es tan 2014– dijo como esas chicas en las películas.

Te estoy diciendo que es Zoe, la hermana de Marc Bartra es Zoe– nuevamente reinó el silencio.

–¿Con qué te drogaste?

–¡No estoy drogado!– pasé mi mano izquierda por mi cara frustrado–. ¿Puedes venir a mi casa para que te explique?

Lo siento hermano, ahora mismo voy por Curtys a la guardería, pero, ¿no tenemos entrenamiento mañana temprano? Ahí me cuentas.

–Vale– murmuré y cortó la llamada.

En serio necesitaba hablar con alguien al respecto o mi cabeza iba a estallar. Oh, hoy Jenell cubría turno de noche, por lo que debería estar en este instante durmiendo. Me iba a ahorcar por despertarla cuando tenía que dormir hasta como las dos, pero en serio necesitaba hablar con ella.

–Jenell– la mecí suavemente y frunció el ceño en su sueño, haciendo un sonido de «deja de molestarme cabrón»–. Jenell, despierta.

–¿Qué quieres idiota?– gimió y se volteó.

Let her go // Marco ReusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora