Los largos pasillos eran interminables y lucían infinitos. Mi cabeza iba de un lugar a otro mirando de donde provenían algunos gritos y murmullos.Algunas personas debían ser arrastradas por los guardias y otras entraban hablando con ''alguien'' que se encontraba dentro.
Mi mirada se arrastró hasta una mujer que entraba tranquila, su mirada melancólica lo decía todo, era como si estuviese resignada a la rutina.
Todos estaban entrando a sus respectivas aulas, la hora de convivencia se había acabado.
-¡Alto ahí! -La voz de un guardia me hizo girar de golpe y levanté las manos automáticamente. Mis piernas temblaban bajo este delgado camisón que cubría hasta un poco mas abajo de mis rodillas, que por cierto, estaba tan perdida en mi que no me había dado cuenta que lo llevaba puesto, no quiero pensar en quién me lo habrá puesto cuando estaba inconsciente.
Una risa se escapó de los labios de el corpulento hombre.-Ah, eres la nueva...-Comentó acercándose.-Vete a tu habitación. -Ordenó sin quitar su vista de el camisón haciéndome sentir incómoda.
-¿D-dónde es? -Pregunté rodeándome con mis brazos, me sentía intimidada.
Él hizo un gesto con su cabeza para que lo siguiera y dudé en hacerlo un momento pero después comencé a seguir su paso rendida. Creo que ya no me pueden pasar cosas peores.
Caminamos unos pasos hasta llegar a una puerta igual que las demás, sólo que esta se encontraba junto a una puerta mas grande que decía "Baño" en letras color negras apagado. El hombre se acercó a la puerta y sacó un montón de llaves unidas por una argolla. Mientras abría la puerta me preguntaba si era bueno o malo estar cerca del baño en este lugar.
La puerta rechinó al ser abierta y mis pies se adentraron con desconfianza al oscuro lugar. Lo único que iluminaba en parte la "habitación" era las lámparas del pasillo.
Observé rigurosamente el lugar...las paredes tenían un color celeste desteñido y en algunos lugares manchas cafés o negras. Habían garabatos escritos y un color rojo salpicado en algunos sectores como si de sangre se tratara.
Mi piel se erizó al pensar en cuantas personas han estado aquí antes que yo.
La cama era lo único que parecía decente, estaba estirada y llevaba unas delgadas sábanas blancas.
Un estruendo hizo que diera un saltito y me girara de inmediato. La oscuridad se apoderó de todo el lugar. El hombre había cerrado la puerta.
Corrí a la puerta y comencé a darle azotes con mis manos.
-¡No! ¡No! ¡No!
La desesperación se adueñaba de mi sin piedad y sentía que las paredes se iban juntando hasta no dejarme respirar.
No hubo respuesta de su parte. Sus pasos comenzaron a alejarse hasta ausentarse por completo.
-No pertenezco aquí. -Musité sentándome en la cama. Negué con mi cabeza una y otra vez maldiciendo a todos.
Aun que lo único que quería hacer era dormir, lo hice sólo una o dos horas.
No sabía si era de noche o de día cuando las horas pasaban, la habitación no tenía ventanas como para poder tener un indicio de luz.
Y lo único que puedo decir ahora es "no sé". Por que no sé nada, no sé si estoy en lo correcto o ellos lo están, no entiendo nada y eso me desespera.
De pronto la puerta se abrió y mis ojos se cerraron al sentir la luz en mi rostro.
-Es hora del desayuno. -Un hombre de ojos verdes y piel clara habló. Parecía joven. Tenía cabello café y una barba corta candado. Elevó sus cejas y curvó sus labios esperando una respuesta.
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Or what?©[fanfic Justin Bieber]
FanfictionEl padre de Elizabeth Cox, un jefe de la PDI el cual tiene que arrestar a los narcotraficantes mas grandes de el país. Le pide ayuda a su hija, arriesgándola a todo tipo de cosas peligrosas sólo por su trabajo. Elizabeth, una chica arriesgada, dispu...