Elizabeth ya no luchaba y el agarre de Cold fue cediendo poco a poco hasta sólo sostener sus manos, sin presión.
Ella se alejó, sus ojos se movían de un lugar a otro con exasperación, Cold sólo la miraba esperando una reacción. Sentía que todo calzaba, los mareos, vómitos y su estómago levemente hinchado, ella lo sentía pero no podía asumirlo.
-¿Es una broma? -Su voz salió casi como susurro volviendo a concentrar sus ojos en él.
-No. El doctor me lo dijo.
-No te creo. -Intervino insegura.
-¿Por qué te mentiría? -Cold elevó su voz inconscientemente, ya estaba perdiendo la paciencia.
-¿Por que no?-Se burló- Ya no te creo nada, ni siquiera sé por que estoy aquí contigo, ni siquiera sé que carajo haré ahora de mi vida. -Su voz era rasposa y apagada.
Él tragó saliva sin saber que responder. Apretó sus puños a los costados, tenía impotencia por no saber que hacer en estos momentos. Sabía que ella estaba desorientada y perdida, literal; pero no podía decirle lo que hizo con ella, no se lo perdonaría. De algo estaba seguro, ella no es tonta y de seguro ya lo sospechaba o se encargaría de saberlo por si misma.
-Mierda Elizabeth, te estoy diciendo la verdad.
Ella dio una sonrisa forzada y se volvió a sentar en la cama. -No estoy para tus juegos...no más.
Apretó la mandíbula caminando hacia ella.
-¿Qué quieres que haga? -Vociferó tomándola del brazo.
-Quiero que me digas la verdad, quiero saber todo.
-Bien. -Asintió. -Lo sabrás otro día, por ahora te mantendrás sana y salva para tu bebé.
Lo miró con incredulidad, ¿Había alguien mas descarado que él? Además de someterla a todo esto, le dice que esté bien y haga como si nada.
-Bien, si quieres que las cosas sean así, así serán. Quiero irme, quiero estar con el padre de mi hijo, quiero estar con Dylan.
Su respuesta fue como la gota que rebalsó el vaso, Cold cerró los ojos masajeando sus cien, conteniéndose.
-¿Que te asegura que él es el padre? -Escupió.
Realmente ni él tenía la certeza de eso, pero le era imposible pensar que Dylan era el padre. Sólo una noche la hizo suya, lo sabe, pero también sabe que ese día no ocupó protección y no le importó nada, sin embargo, no fue su intención que se embarazara, sólo quería disfrutar cada parte de su cuerpo sin ningún límite.
-¡Por que es la única persona con la que he tenido relaciones! -Vociferó Elizabeth con ironía.
Presionó su mandíbula, en cualquier momento sus dientes de harían trizas bajo la presión que ejercía en estos.
-No dejaré que me confundas de nuevo, quiero irme con Dylan. -Insistió. A estas alturas, ya no le importaba nada, sólo quería alejarse de él e irse con Dylan a cualquier parte, lo perdonaría. Estaba dispuesta a todo pero no sabía nada.
-Cállate. -La voz dura de Cold la interrumpió. Mas que como una orden, sonaba como una súplica.
Ella iba a hablar pero para suerte de ambos, el sonido de la puerta abrirse interrumpió la discusión.
Observaron a el Doctor y este habló.
-Disculpen, vengo a hacerle un chequeo.
-Dije que viniera la próxima semana. -Dijo Cold sin ninguna pizca de empatía.
-No. -Interrumpió Elizabeth.-Quiero saber cómo está mi hijo.
Si él quiere jugar a su manera, que no cuente con que seguiré sus reglas. Pensó.
El Doctor, pasando frente a Cold quien lo miraba fijamente, llegó hasta ella y la hizo sentar para posteriormente examinarla.
-Debes comer. -Habló el doctor mientras le tocaba el estómago con ambas manos, no había nada que se interpusiera entre el tacto suyo con la piel pálida de ella, demasiado para Cold.
Afloró algo dentro de si mismo que no sentía hace mucho; celos.
-Supongo que se lavó las manos. -Comentó con mala intención cruzando sus brazos.
El doctor lo miró incrédulo y acomodó el camisón de ella para levantarse.
-No le conviene ser así de impertinente conmigo. -Respondió.
Cold levantó una ceja rascando su barbilla. Elizabeth fue la única que lo conocía tanto como para saber que esto no terminaría bien.
-Doctor. -Dijo llamando su atención. -¿Que puedo comer?
La pregunta salió disparada de su boca.
-Puedes comer lo que quieras, ojalá sea sano, pero debes alimentarte si no quieres que tu bebé muera.
Respondió el Doctor sin anestesia.
Ella asintió. -Quiero comer. -Dijo levantándose y Cold se sintió impresionado por un momento, hace un rato estaba a la defensiva y ahora quiere hacer caso a todo, ¿Es por este tipejo?.
-Puedes retirarte. -Cold le dijo al Doctor quién no se molestó en disimular su descontento.
-Quiero que se quede. -Pidió Elizabeth.
-¿Qué? No, él no tiene tiempo.
-Claro que lo tengo, especialmente con una paciente tan delicada como usted. -La miró curvando sus labios guiñándole el ojo.
¿Acababa de coquetear con ella? ¡Era un hombre mayor! O por lo menos así se veía.
Elizabeth pensó que era una insinuación ,pero su idea se descartó cuando miró el anillo de oro que adornaba un dedo de su mano izquierda, pero quién no miró eso y estaba cegado de celos, era Cold y ella lo sabía.
Una carcajada seca salió de la garganta de Cold descolocando a ambos.
-Claro, quédate. Así la bañas y duermes con ella. -Habló con ironía.-No estoy para esas mierdas, Vete. -Concluyó duro.
Ella iba a decir algo pero Cold la interrumpió.
-No. Tú cállate, no quiero escucharte, si quieres acostarte con alguien no lo harás bajo mi techo. Estoy harto, vete de aquí o te sacaré yo. -Ordenó apuntando la puerta.
Elizabeth quedó plasmada. ¿Ni una semana aquí y ya tenía un ataque de celos? ¿Quién se creía? Pensó. Elevó su mirada y el hombre ya se había ido.
Ahí ella entendió que la antigua Elizabeth no se había ido, aún se mantenía presente y Cold se encargó de hacérselo saber.
Cold se frotó el rostro con frustración y habló.
-Si quieres comer baja, saldré. Quiero que comas, me encargaré de que tú y tu bebe se mantengan sanos, no dejaré que les pase nada.
Con eso se fue, cerrando la puerta de un golpe.
Si fuera en otro contexto, le hubiera parecido lo mas adorable y romántico, pero ahora, era todo menos eso. Le parecía hasta grotesco que esas palabras salieran de su boca cuando hace menos de diez minutos la estaba tratando como golfa, ¿Quién lo entendía? Definitivamente ella no.
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Or what?©[fanfic Justin Bieber]
Hayran KurguEl padre de Elizabeth Cox, un jefe de la PDI el cual tiene que arrestar a los narcotraficantes mas grandes de el país. Le pide ayuda a su hija, arriesgándola a todo tipo de cosas peligrosas sólo por su trabajo. Elizabeth, una chica arriesgada, dispu...