Or what?©[fanfic Justin Bieber]

Treinta y tres

-Si...tengo que sacarla de aquí....¡Demonios! ¡Sé que debo esperarte, pero no puede estar más aquí!

Susurró Dylan hablando por teléfono, me apoyé más a la pared, escuchando su conversación.

-Bien...-Continuó.-¿Qué quieres que haga? él no está lejos.

¿Él? ¿De quién hablaba?

Fruncí el ceño y erguí mi espalda, un silencio se apoderó de la casa y supe que había colgado. Corrí a la habitación y me acosté en la cama, simulando que estuve todo el tiempo viendo televisión.

-¿Cómo estás? -Preguntó entrando, recostándose a mi lado.

-Bien, ¿Tú?

-Bien...

Estaba teniendo una disputa interna en estos momentos, mañana debo presentarme a primera hora en el trabajo.

-Cariño -Volvió a hablar acercándose.-No quiero que se repita lo de hoy ¿si? -Dijo sonando dulce.

-Entonces tengo que decirte algo.

Asintió para que siguiera.

-Conseguí trabajo y mañana tengo que ir a primera hora.

Me miró un momento y hablé:

-Es un trabajo seguro. No correré peligro.

-¿Dónde?

-En una tienda...-Mentí. -Como supervisora.

Suspiró. -¿Tú nunca te rendirás, cierto?

-No. Ya estuve mucho tiempo encerrada, quiero tener una vida normal.

-Estás embarazada

-Estoy embarazada, no inválida. -Interrumpí.-Ni siquiera tengo panza. Por favor...

-Bien...disfrútalo mientras dure. -Respondió indiferente y no comprendí a que se refería. Me giré ignorando su respuesta y minutos después, caí en profundo sueño.

-¡Hey! ¡No te vayas! -Grité acelerando mis pasos. No sé por que lo seguía, algo me decía que tenía que hacerlo. Cuando finalmente lo alcancé, lo giré con mi mano observando al indibiduo. Tapé mi boca con mis manos impresionada al reconocerlo, mi corazón se aceleró y mi respiración se volvió defectuosa. Su rostro estaba de un color pálido, tenía sangre por toda su frente que caía al suelo sin detenerse, sus ojos no transmitían nada, estaban apagados y parecía muerto. Estaba muerto.

-¿Tyler? -Dije con la voz en un hilo.

-Tu olvido me mató Elizabeth, me mató.

-No...¡No!

Mis ojos se abrieron de golpe.

Fue un sueño, sólo fue un sueño. Balbuceé en voz baja abrazando una almohada.

-Ssshhh... -Calló Dylan acomodándose. Tomé mi almohada y se la lancé en la cara, aveces era muy grosero conmigo. Su mano vagó hasta su cara y la movió como si de una mosca molestosa se tratara. Gruñó dándome la espalda, aún dormido.

Poco a poco mi respiración se fue calmando y reconciliando el sueño.

...

Por la mañana, Dylan se ofreció a llevarme pero lo negué rotundamente. Tenía que aprender a manejarme sola y además por que le mentí sobre el trabajo.

Cuando llegue le di mis datos a Pia, mis documentos (que por cierto, extrañamente Dylan los tenía todos) y ahora ya estaba con mi uniforme entre las manos.