Capítulo 30

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El disco volvió a comenzar, Elena tuvo que separarse en busca de aire, el beso había durado más de lo que había esperado

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El disco volvió a comenzar, Elena tuvo que separarse en busca de aire, el beso había durado más de lo que había esperado. Se sentía temblorosa, confundida, y acalorada.

Jack recorrió con sus dedos los labios de su esposa y la abrazó de nuevo. Elena respiró con dificultad, nunca había sentido nada igual, era increíble, inexplicable y embriagador.

La sensación cálida no la abandonaba, suspiró a los segundos, prefirió no decir nada.

Te amo, Elena Jack dejó salir antes de besar su cabeza.

Ella apretó los labios, no respondió, ¿Y cómo hacerlo? No estaba segura de lo que sentía en esos momentos. Pero con seguridad sabía, que cuando Jack recuperara su estado de sobriedad, no recordaría nada o muy poco—, y volvería a actuar como sí su mundo estuviera en perfecto estado; reprimió las lágrimas.

Lo miró al pasar unos minutos, él tenía los ojos cerrados y no habló más; se había dormido. Suspirando de alivio lo dejó que descansara, intentar levantarse era imposible, Jack había movido a ambos y la aprisionó contra el sofá, sus brazos la rodeaban y no podía moverse.

Cerró los ojos por el agotamiento emocional que había sufrido y decidió descansar unos momentos. Abrió los ojos al escuchar sonar un celular, parpadeó varias veces y pudo enfocar su vista, miró a Elena que dormía sobre sus brazos, lucía tan serena y contenta.

La admiró por unos segundos, recordaba cada momento, en especial los pasados hace algunas horas. Hizo una mueca al sentir un dolor punzante en la cabeza, la boca le sabía a alcohol, una vez más había tomado demasiado. Sin despertar a la chica se puso de pie.

Ella solo emitió sonidos guturales y se acomodó en el sofá. Jack sonrió a pesar de su estado, había besado a esa mujer y había sido correspondido, debería estar contento, emocionado, pero la amargura se hizo lugar en su cabeza.

No podía dejar de pensar en que Elena se iría de su lado en cualquier momento, y eso lo enloquecía, no quería perderla, pero jamás se atrevería a obligarla a quedarse con él.

Y era ese impedimento el responsable de su pesar, no podía ser egoísta con Elena, eso solo disminuiría su corto lapso de felicidad. Talló su sien y suspiró, fue por su celular que estaba sonando de nuevo y contestó.

Diga habló en voz baja.

Hola Jack la voz de Alejandro lo hizo fruncir el ceño.

Hola respondió de mala gana.

Solo hablo para saber cómo están dijo algo nerviosoNo quiero molestarlos, solo quería...

Estamos bien respondió avanzando a la cocina, se sirvió agua en un vasoNo es necesario que llames a cada rato.

Lo siento silencioGracias por contestar, no te molesto más.

TráficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora