Capítulo 21

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Llegaron a la —en ese entonces— fría isla de Mykonos Grecia a las ocho de la noche

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Llegaron a la —en ese entonces— fría isla de Mykonos Grecia a las ocho de la noche. El jet no tuvo ningún contratiempo. Elena había despertado justo cuando tocaron tierra.

— ¿Ya llegamos? —preguntó tras bostezar.

—Sí, aunque ya anocheció —miró por la ventanilla, el estar a oscuras era una ventaja, Elena no notaría la diferencia entre las islas.

—No importa —desabrochó su cinturón— Podremos ir a la playa, o a la alberca —sonrió.

—Claro, lo que tú quieras —se estiró— Iré a despedirme del piloto.

Ella asintió, se puso de pie y fue al tocador, arregló su cabello y retocó el labial en su boca, lucía exactamente como el momento en que acababan de arreglarla; Jean Pierre era un gran profesional. Jack llegó a los segundos.

—Listo, podemos bajar, el auto nos espera afuera —tomó su mano— ¿Estás bien?

—Sí —sonrió— Estoy emocionada.

Jack besó sus labios y después abrió la puerta, la noche era fría, Elena se abrazó a sí misma.

—Subamos al auto —dijo el chico al bajar las escaleras— No creí que aquí hiciera tanto frío —mintió.

Ella asintió algo decepcionada y subió al auto. El chofer avanzó cuando ambos subieron.

—No podremos ir a la playa —susurró mirando por la ventana.

—Claro que podemos, aunque si querías entrar al agua tendrás que esperar hasta mañana —apretó los labios, no quería seguir mintiendo.

—Oh... —susurró.

—Lo siento, sé que querías llegar antes —tomó su mano y recargó su cabeza en el hombro de Elena— Pero recuerda: estaremos solos.

Ella sonrió ante la idea.

—Veo que estas muy emocionada —sonrió— Yo también lo estoy, más de lo que imaginas, no puedo expresarlo con palabras.

—Mi esposo se ha quedado sin habla —dijo fingiendo un tono de alarma en su voz.

Jack soltó una carcajada, era increíble lo rápido que cambiaba de humor. Si tan solo supiera la sorpresa que le esperaba al llegar.

—Tu esposo está disfrutando el momento —aclaró cerrando los ojos— Está tan feliz que no quiere decir nada por miedo a arruinarlo.

Ella soltó una risita.

—Ya veo... —susurró. Imitó a Jack y ambos permanecieron en silencio.

Llegaron a la villa Terpsichore después de veinte minutos. Jack salió primero y le dio la mano a Elena, cuando ella estuvo afuera la cargó en brazos, quería hacer la escena típica, entrar como los recién casados que eran. Elena sonrió y rodeó el cuello de Jack con sus brazos.

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