Capítulo 27

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—No los veremos hasta mañana —Alejandro avisó a Karen después de guardar el celular en su chaqueta— Podemos irnos, aun no conoces la villa que compré para nosotros

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—No los veremos hasta mañana —Alejandro avisó a Karen después de guardar el celular en su chaqueta— Podemos irnos, aun no conoces la villa que compré para nosotros.

La mujer tomaba fotos de la casa de los chicos y regresó a lado de Alejandro.

—Solo debemos esperar un día más con la carga de la mala noticia —susurró— Es mejor decirles en persona, no te preocupes.

—Lo sé —tomó su mano.

Iban a subir al auto cuando vieron que un camión de mudanza se acercaba a la casa. Un hombre moreno y sonriente en overol azul lo saludó.

Kalispéra sas —hizo un ademán con su cabeza.

Kalispéra —respondió Alejandro.

—Hola —sonrió Karen— Lo siento, no hablo griego, acabamos de mudarnos.

—No se preocupen —bajó del camión— Disculpen pero, ¿conocen a la pareja que vive aquí?

—Sí —sonrió— Son mi sobrino y su esposa.

—Oh ya veo —le entregó un recibo y un ramo de flores— ¿Podría entregarle esto a la kyría omórfi? Ayer nos preocupó que se la llevaran en la ambulancia.

— ¿Qué? —la sonrisa de Alejandro se congeló— ¿De qué está hablando?

— ¿Se llevaron a Elena al hospital? —Karen tomó las cosas que le daba el hombre.

—Así es —frunció el ceño— No supimos qué pasó, solo los vimos irse sin decir nada, espero que se encuentre bien.

Kyrios —Alejandro dio un paso hacia él y lo tomó de los hombros, casi lo sacude— ¿Sabe a qué hospital se la llevaron?

—El más cercano es la clínica privada de aquí —se puso nervioso por la acción del hombre rubio.

— ¿A qué hora fue eso? —Karen lucía más calmada que su novio.

—Fue ayer en la tarde, antes de que se pusiera el sol —recordó— Nosotros acabábamos de llegar con una entrega de paquetería para ellos, después de unas hora escuchamos la ambulancia.

Alejandro miró a Karen que asentía. Le dio las gracias al hombre de overol y subieron al auto. La mujer guardó las flores en el asiento trasero, tomó la mano de Alejandro y lo detuvo de cualquier acción impulsiva.

Él no sabía qué decir, ¿Por qué habían llevado a Elena al hospital? ¿Por qué Jack se lo había ocultado? Ahora entendía el por qué no contestaba sus llamadas. Algo malo había pasado y tenía el presentimiento de que todo se vendría abajo.

—Cariño —la voz de la mujer lo hizo volver de sus conclusiones— Tranquilízate, debemos ir al hospital, pero debes estar preparado para la reacción de Jack, no te perdonará que lo hayas engañado.

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