Twisted Plans (EVERLARK) (Completa)

Capitulo 20: Entre Culpas y Miedos...

Canción del capítulo para la parte de Marvel: Breath Me – Sia

Canción del capítulo para el dialogo final: Having my baby – Paul Anka

Canción de Peeta y Katniss en la cena: Have you ever really loved a woman – Bryan Adams.

KPOV

Exhausta...

Era así como me sentía cuando me senté en mi cama después de haber llegado a casa. Me dolían hasta los músculos que no sabía que existían en mi cuerpo. Este había sido un fin de semana tan intenso que si seguía en pie era por pura inercia.

En cuanto Peeta me dejó en casa subí a ver a Plutarch, cada día su semblante era mejor. Su rostro estaba empezando a verse con más color y sus movimientos de a poco se notaban más coordinados. Le conté que Peter y Charlotte le habían enviado muchos saludos, que en La Jolla todo seguía igual que hasta hace un año. Le mencioné además que pasé un fin de semana genial, claro omitiendo el detalle que su pequeña niña había tenido sexo desenfrenado casi en cada rincón de la casa profanando así la santidad de su hogar de la playa. Reprimí una sonrisa de solo imaginar la cara repulsiva que mi padre hubiese hecho si le revelaba lo que mi retorcida cabeza estaba recordando.

Es que ese fin de semana con Peeta en San Diego había sido simplemente espectacular. Al inicio no entendí el por qué de su apuro por irnos. No le revelaría el motivo por el cual no quería viajar para esa precisa fecha pero su tierno puchero derribó cualquier defensa sobre la cual yo podía escudarme. Tuve que arreglar mi equipaje a velocidad del rayo, esperaba que no se me quedara nada importante aunque esos dos días que estuve allá todo el tiempo tuve la sensación de que de algo me estaba olvidando…

Vivimos momentos muy intensos con Peeta, incluyendo la noche que hicimos el amor en la playa. ¡Wow! Por alguna razón que no podría explicar esa vez se sintió como ninguna otra, había sido diferente en varios sentidos. Nos amamos lentamente, con adoración, disfrutando del cuerpo del otro. Yo no quería regresar a Chicago al igual que Peeta, pero había que hacerlo.

Le conté a papá que la siguiente semana tendría una semana ocupada, debía viajar por al menos 10 días por 5 ciudades diferentes. Estaba tan animada contándole sobre los planes de expansión de la editora que no noté que eran ya cerca de las 10 pm.

Estaba a punto de retirarme a mi habitación y dejar descansar a Plutarch cuando escuché el timbre sonar

– Raro – pensé

Bajé las escaleras rápidamente, a esta hora Sae ya debía estar durmiendo y no quería despertarla, debió haber estado muy cansada ya que la enfermera tenía el día libre. Al abrir la puerta mi dios griego estaba allí parado con un triste semblante, completamente empapado por el torrencial aguacero que caía en Chicago esa noche. Sus ojos reflejaban algo que jamás había visto, no había vida en ellos solo se veía un reflejo brillante, como si hubiese contenido las lagrimas por demasiado tiempo. Por primera vez lo vi… frágil

– Peeta, amor que suce…– no me dejó terminar y estampó mis labios con los suyos en un beso feroz. Sorprendida por su gesto, solo pude responder a su beso sosteniendo su rostro entre mis manos. Un rato después rompimos el beso, Peeta descanso su frente sobre la mía mientras delineaba con su pulgar mi labio inferior.

– ¿Amor que pasa? ¿Estás bien? – pregunté antes de zambullirme en sus hermosas piscinas azules, pero lo único que encontré en ellas era desconsuelo. – Peeta, háblame... ¿Qué tienes?