Twisted Plans (EVERLARK) (Completa)

Capítulo 31: Regalos inesperados parte II

Canción del capítulo: Still Here - Natasha Bedinfield

Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor

Gustavo Adolfo Bécquer

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KPOV

- ¡Peeta! - Grité con toda la fuerza que mi garganta permitió - ¡Mi amor no! - El cuerpo del único hombre que había amado en mi vida, el padre de mi bebé yacía a mis pies, herido por dos impactos de bala que iban dirigidos a mí.

Sentí que en ese momento el tiempo se detuvo y todo se volvió borroso y confuso. Todas las personas que estaban en la sala se convirtieron en manchas que asustadas pedían a gritos una ambulancia. Comencé de a poco a perder la conciencia, me sentía débil y adolorida. En pocos segundos me quedé en blanco, acompañada de mi hiperventilación desesperada que trataba de ingresar aire a mis pulmones, el latido de mi corazón retumbando en mis oídos, un sonido seco que pitaba en mis oídos y con el alma escapada junto con el último suspiro que salió de los labios de Peeta.

- Annie! - gritó Effie desde algún lugar de la sala un momento después. Sacudí la cabeza con fuerza y me obligué a recomponerme - Llama a alguien por favor... Peeta - sollozó mientras se acercaba a nosotros. Yo por mi parte, aunque un poco más consciente, seguía inmóvil en mi posición, aferrada fuertemente a mi vientre. Prim estaba alterada ya que pateaba con fuerza provocando en mí fuertes dolores en la parte baja de mi panza.

- Aquí nadie llama a nadie - gritó esa mujer mirándome con furia - ¡Que hermoso cuadro Katniss! - Usó un tono dulce, casi infantil al hablar esta vez - El padre de tu bastardo acaba de dar la vida por ustedes ¿No es eso conmovedor?

- ¿Quieres matarme? - la enfrenté en ese momento. Era hora de dejar la cobardía a un lado, de no tener miedo, de ser valiente - ¿Eso quieres? Pues vamos... Dispara...aquí directamente - le mostré mi pecho justo cerca del corazón - Me acabas de robar al amor de mi vida - grité sollozante - ¡Hazlo maldita sea! Termina con este calvario de una vez - volví a sollozar esta vez cayendo de rodillas junto al cuerpo de Peeta. Su rostro estaba desdibujado de dolor y su respiración era lenta, y cada vez más difícil.

- Esto será todo un placer - la escuché decir mientras rastrillaba nuevamente su arma y la apuntaba directamente en mi cabeza.

- Solo hazlo - susurré derrotada mientras tomaba la mano de Peeta que aún se sentía calentita - Peeta, mi amor - dije acercándome a su oído - Te amo tanto, lamento no habértelo dicho a tiempo. Lo siento, lo siento, lo siento. Eres mi vida... te amo - finalicé sollozante.

- Nos vemos en el infierno Katniss - la escuché decir. En ese momento cerré con fuerza los ojos y toqué mi vientre. Mi bebé pateaba con fuerza haciendo el momento aún más doloroso.

Una detonación se escuchó en la sala. Dejé de respirar por un segundo. Un silencio se hizo en lugar...

¿Era así como se sentía morir? El arma se había disparado pero en mi cuerpo no se sentía nada. ¿Era así como mi vida se terminaba?

No había dolor, no había agonía, no había...

- Cashmere Leigh - escuché de la voz de un hombre - Soy el agente Boggs de la policía de Chicago. Suelte el arma y ponga sus manos arriba - abrí los ojos súbitamente y mis ojos contemplaron la escena. Un hombre, alto y bastante fornido permanecía de pie con un arma en la mano apuntando a Cashmere unos cuantos pasos más allá. Cashmere, por su parte me miraba con odio mientras ladeaba su cabeza. Fijó un momento la mirada en Peeta y lo miró con tristeza. Enseguida se recompuso y miró mi vientre.