El hijo de Lucifer
::.El hijo, planeando
Posó sus ojos en el respaldo de su cama, notando por primera vez desde que despertó atado en uno de los barrotes una especie de collar. Curioso, estiró su mano con algo de dificultad y torpemente lo desató. La piedra, de un color morado oscuro, casi negro, cayó al suelo. Pensó en recogerla, pero en su estado era algo complicado, de igual forma, tercamente, quiso intentarlo.
-Puedo recogerlo yo-Habló una voz, deteniéndolo.
Alzó su mirada, posándola en su visitante. Se le hacía familiar, pero no recordaba exactamente de donde lo conocía. El chico pareció notarlo, pero no dijo nada, simplemente se acercó, depositando unas flores sobre el velador junto a la cama de Dallas, para después recoger el collar, entregándoselo al moreno.
-Es una turmalina-Comentó el casi desconocido.
-¿Tú eres...?-Cuestionó de inmediato Dallas.
-Andrew. Vivo en el quinto piso de tu mismo departamental. Me ayudaste una noche con unas cajas.
-Sí, te recuerdo...-Susurró, rememorando fugazmente escenas de aquella noche la que acabó con un escalofriante hombre de rostro cadavérico y sombrero al final del pasillo-"Baron Samedi"-Recordó que Aien le dijo una vez el nombre de aquel ente.
-Bueno, me enteré de que estabas en el hospital y espero no te moleste que haya venido a verte-Continuó mientras tomaba asiento a su lado. Dallas guardaba silencio-Eso...-Señaló la piedra del collar-Es una turmalina-Repitió-, y te ayuda a alejar energías negativas, y también malos espíritus-Comentó.
-¿Los aleja?-Llamó su atención.
-Sí-Miró a su alrededor-No hay ninguno aquí ¿no?-Sonrió al ver la sorpresa e intriga de Dallas.
-¿Tú los ves...?
-Los veo-Afirmó, acercándose un poco más a él-Eso te ayuda a espantarlos. Pero como todo, terminará opacándose.
-...
-En algún momento dejará de funcionar-Aclaró. Dallas cerró los ojos, frustrado ante lo último que dijo Andrew-¿No te agradan?
-...-No respondió.
-Si los ayudas, ellos se vuelven serviciales-Prosiguió, buscando alguna reacción por parte del otro-Y en ocasiones, eso no es necesario. Si eres firme, y se los ordenas, ellos se detendrán-Susurró cerca de su oído-Inténtalo y sabrás a qué me refiero.
Al abrir los ojos, Dallas ya no sintió la cercanía del mayor. Giró su cuello lentamente para encontrarse con Andrew pero este ya no estaba, cosa extraña porque segundos antes lo sintió cerca de él. Suspiró y miró la turmalina de oscuro color ¿en verdad alejaba los espíritus? Era cierto que no había visto ninguno ¿pero tan pequeña piedra era en verdad poderosa? Vivió años aterrorizado por los fantasmas y ¿un simple collar espiritual le estaba transmitiendo la calma que tanto buscó?
-Una que se acabará.
Andrew le dijo que acabaría opacándose, perdiendo así su poder ¿pero eso cuándo sucedería? ¿mañana, pasado o en una semana? No le gustaban los hospitales, demasiados muertos, cientos de fantasmas aterradores que no deseaba ver.
-No quiero estar aquí para cuando se acabe el efecto-Susurró angustiado.
***
Cinco días después
Pomelo se estiró, liberando un poco su agotamiento. Se encontraba exhausto. Sacar cuentas durante la noche era muy extenuante. Números, números y más números que al final debían concordar, acabando en un mismo resultado. Una enorme planilla que esa noche deseó mandar al diablo puesto que tuvo que terminarla en tiempo récord después de un horrible incidente que tuvo que atender en el hotel.
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El hijo de Lucifer (Corrigiendo)
HorrorLos juegos acabaron y con ello se viene algo peor. Booba juró a Lucifer encontrar a su hijo a cambio de que se deshiciera del Hombre Sombra. Pero las cosas no serán fáciles. Una lucha por el poder y además un desiquilibrio emocional harán que el ter...