El hijo preparado

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El hijo de Lucifer

::.El hijo preparado

-¿Qué estás haciendo?

-¡Nada!-Se sobresaltó.

Intentaba sacar sin ser visto un paquete de papas fritas, pero fue de igual forma atrapado. Su hermano había llegado y lo miraba desde el marco de la puerta.

-Yo...

-Mamá no está. Come tranquilo. Llegará tarde-Informó el mayor. Él dudó antes de terminar por tomar una bolsa.

-¿Quieres?-Ofreció después de abrirla. Roberto negó.

-Disfrútalas.

-Mamá me dijo que saldrás unos días-Comentó intrigado.

-Sí, y tú también ¿no? Me dijo que estudiarás en casa de un amigo-Sonrió divertido-No será una noche de estudio ¿cierto?

-Pues...

-Tranquilo. No diré nada-Prometió antes de que el menor comenzara a sentirse ansioso.

-Pues, iré a una tocata en el bosque-Acabó respondiendo.

-¿En el bosque?

-Sí-Emocionado-Iré con unos amigos de la universidad.

-Ya veo...-Pensativo.

-¿Sucede algo?-Preguntó Fado al ver tan serio a su hermano.

-No. Sólo, no te alejes demasiado de los demás-Y con eso dicho, se fue dejando muy confuso al menor.

***

-Spooky-Llamó a su erizo, pero este dormía profundamente.

Suspiró, sin saber muy bien qué hacer. Estaba aburrido. Retomaría sus clases el lunes, aunque eso lo desanimaba más que animarlo. Si no fuese por los Ortega, hubiese mandado al diablo su segunda carrera. Pero, les debía mucho. Ellos eran bastante buenos y comprensibles, puesto que cuando les pidió que no denunciasen a sus padres, no lo hicieron, aunque estuvieron extremadamente reticentes.

-¿Y cómo no?

Ser golpeado prácticamente de forma constante era algo preocupante, por lo que era comprensible su deseo de intervenir. Pero si hacían algo, sus padres le arruinarían la vida. Él tuvo un novio a los 15. Fue su primera relación seria e hizo muchas locuras, entre ellas gravarse mientras tenía sexo con su novio, y además con el mejor amigo de este, todo siendo él pasivo. Fue estúpido de su parte. Lo disfrutó, pero no debió acceder a que lo filmasen o al menos la copia que recibió debió romperla, pero la guardó y eso fue su mayor error.

Un día su padre hurgó entre sus cosas buscando dinero. En ocasiones los Ortegas le daban, a pesar de sus constantes rechazos, acababa aceptando de vez en cuando, y sus padres lo sabían, por eso no le sorprendió verlo en su cuarto, aunque su papá no encontró dinero sino un CD que veía en su notebook.

Lo primero que pensó fue en la horrible paliza que su progenitor le daría. Pero no recibió aquello sino algo mucho peor. Su padre lo miró burlonamente y entre degradantes palabras le advirtió que, si osaba desobedecerlo o si hacía algo contra él, le mostraría aquel video a los Ortega o a cualquiera que le tuviese aprecio para que supiesen lo que realmente era.

Y su miedo a ser rechazado por las pocas personas a las que apreciaba, lo hizo callar y aguantar.

Su padre seguía guardando aquel CD. Un día intentó buscarlo, pero cuando su papá se percató de ello, lo golpeó. Le rompió una costilla. Acabó en el hospital. Los Ortegas le propusieron en aquella ocasión demandar a su padre y pudrirlos en la cárcel, pero se negó. Les dijo que en el fondo tenía esperanzas de que sus padres cambiarían, pero era una rotunda mentira. Aquello sí lo creyó en su infancia hasta que ya fue más consciente de la realidad y de la cruel vida que le tocó vivir. Pero el abuso de sus padres lo comenzó a tolerar después de conocer a Jonathan. No ser el único lo hizo sentir acompañado.

El hijo de Lucifer (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora