El hijo emocional

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El hijo de Lucifer

::.El hijo emocional

Booba miró por la ventana, apreciando el bello paisaje. Estaban adentrándose a la montaña. El viaje no había sido planeado, pero cuando Alex se lo propuso no dudó en acceder. El pelirrojo le contó que León y él estaban preocupados por Aien debido a que el cumpleaños de este, por ende, también el de Aiad estaba próximo. Ante ello, decidieron de forma repentina que lo mejor era alejar al rubio de todo. Alex tenía una casa en un lago el cual era perfecto para aquello. Al principio Booba pensó que lo mejor sería que los amigos cercanos de Aien, Alex y León, fuesen solamente con este. Pero, el pelirrojo le dijo que mientras más personas estuviesen, menos solo se sentiría Aien. Y eso fue suficiente para convencerlo y también a Dallas. No se esperó que el moreno participase de aquello. Alexander le dijo que lo invitó porque era amigo de Aien, y cuando se lo propuso, Dallas accedió de inmediato.

Obviamente Sandía y Roberto estaban descartados puesto que la rubia se encontraba en el hospital y Roberto estaba pendiente de ella, su bebé y el internado que estaba cursando. Benjamín por su parte tenía trabajo y tenía aún meses de castigo incumplido. A quien no se esperaba ver fue al asistente de Alex. Al parecer Elías había ido como medida de protección. Sabía cómo reaccionar en caso de un ataque. Alexander no tuvo más opción que acceder a que este fuese, puesto que de lo contrario el mayor hubiese enviado una docena de guardaespaldas.

En total eran seis personas, pudiendo viajar en un vehículo. No hubo inconvenientes y llegaron sin problemas a lo que parecía ser un recinto privado puesto que tuvieron que cruzar un portón, avanzando por un camino hasta vislumbrar el hermoso y fresco lago, además de la enorme cabaña que parecía haber sido sacada de una revista, alzada con pilotes, de dos pisos, con ventanales y completamente de madera. Era increíble.

Un hombre los esperaba en las escaleras de la cabaña. Elías y Alex se acercaron a él, recibiendo el pelirrojo un juego de llaves. Hablaron un breve momento y el hombre de alrededor de 50 años se despidió y marchó.

-Él es el cuidador-Informó Alex-Su casa se encuentra tomando aquel camino-Señaló un sendero al costado de la cabaña-Está a quince minutos caminando. Vive con su esposa. Cualquier cosa que necesitemos, podemos recurrir a él-Finalizó, dejando claro a dónde ir en caso de una emergencia-Entremos.

Todos asintieron, siguiéndolo.

***

Su corazón se llenó de tanta felicidad al sostener a su pequeña bebé entre sus brazos que unas lágrimas terminaron adornando su rostro. Cada vez que le permitían tenerla, disfrutaba del momento y se gravaba cada detalle en su retina. Roberto estaba a su lado, ambos vistiendo aquellos trajes verdes y mascarillas para no contaminar la habitación. Apreciaba eso, su familia pequeña y hermosa. No pedía más que bienestar para su dulce Fucsia y su amado y futuro esposo.

-Me gustaría que esto durase eternamente...-Susurró. Roberto la abrazó y besó su frente a pesar de la tela que cubría su boca.

-No puedo prometerte eternidad, pero sí que cada día puede ser especial-Declaró.

-Eso suena mejor...-Sonrió, apoyando su frente contra la de su darling-Mucho mejor...

***

Se repartieron las habitaciones que había: Alex compartiría con León, al igual que Aien con Dallas, Booba y Elías dormirían solos. Así se dividieron los cuatro cuartos que tenía la cabaña. Con eso aclarado, cada uno se dispuso a llevar sus cosas a la pieza que le fue asignada.

-¿Estás seguro de querer compartir cuarto conmigo?-Formuló León mientras sacaba de su maleta un polerón más abrigado. Había un poco de viento helado.

El hijo de Lucifer (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora