El hijo sintiendo

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El hijo de Lucifer

::.El hijo sintiendo

-Veo algo muy interesante-Habló con una sonrisa juguetona mientras observaba a los dos chicos morenos que conversaban en el pasillo de un quinto piso de un departamental-¡Oh, debió dolerle!-Rio encantada cuando uno recibió un golpe por parte del otro-¡Esto es ta~n divertido!-Le dio la espalda a la escena que se realizaba a metros de ella para centrarse en su acompañante-¿No crees que es mejor que ver a una pareja que se ama pelear?-Cuestionó, mirándolo con sus rosados ojos llenos de diversión.

-¿Qué es lo que quieres que haga, Lilith? Perdón, Amelia-Corrigió-¿Tiene que ver con alguno de esos dos chicos?-Interrogó serio el hombre de elegante aspecto.

-No. Te encargarás de otro asunto, Leviatán-Sonrió con dulzura, una angelical-Pero además enviarás a tus sirvientes a mantener vigilado a uno de esos chicos. Del otro me encargaré yo.

-¿Se puede saber qué planeas?

-Una caída. Me gusta verlos precipitarse contra el suelo ¡Es encantador!-Alegre como una pequeña niña a segundos de abrir un regalo-No huelo la esencia de Lucifer en esta ciudad, pero ese brujo está aquí, por lo que el hijo debe estarlo también. Así que acabaré con todo aquel que le hable.

-Es curioso que nuestro Señor Lucifer envíe a alguien en su lugar. Teniendo su sangre, debería saber por sí mismo dónde se halla-Comentó.

-También he pensado en eso-Susurró Lilith poniéndose seria-Y entre todas las posibilidades, puedo pensar en que la más razonable es que Lucifer esté en su límite. Debe descansar cuanto antes. Milenios en el trono y cientos de años antes de eso siendo un Archidemonio. No ha descansado desde su caída. Además, este plano no nos pertenece, y permanecer aquí nos agota.

-Cierto-Concordó-Mientras la corrupción sea mínima y la fe mayoritaria, permanecer aquí nos debilita lentamente, pero para nuestro Rey eso no significa un "pero"-Aseguró-Aún siendo el caso de encontrarse en "las últimas", sería capaz de reclamar lo que es suyo.

-Los años te están haciendo ser senil, Leviatán-Se burló-El acuerdo más antiguo existente. Aquel que Lucifer no puede romper desde que tomó el cargo del "Rey del Infierno". Ese donde se pactó entre los "Primeros" que ningún Dios, Gobernante, Líder, Rey o como sea le denominen al Supremo...-Se detuvo para estirar sus brazos y abarcar lo más posible-Ellos no pueden pisar este plano directamente, sólo sus sirvientes. O sea, nosotros.

-Lo sé-Tranquilo. La Archidemonio de la Lujuria lo miró expectante-Sólo aseguré que nuestro Señor Lucifer, sin importar su cansancio, puede aparecer en este plano. Y de encontrarse al límite, puede aún ir por lo que le pertenece. Pero en esto último no me refería a él precisamente.

-¿Entonces?-Intrigada.

-Hablaba de su "hijo putativo"-Sonrió por primera vez con autosuficiencia-¿Sabías que Amon está también aquí?-Formuló, causando que la morena lo mirase con sorpresa.

***

-Parece como si no hubieses dormido en toda la noche-Comentó Aien al ver a Dallas sentado en el sofá con un enorme libro de Esoterismo.

-Tú pareces haber descansado bien-Habló el moreno, masajeándose el puente de la nariz.

-¿Pesadillas?-Indagó, tomando asiento a su lado.

-No-Apoyó su cabeza en el respaldar del sofá y cerró los ojos.

-No es necesario que duermas aquí. Tu cama es más cómoda.

-Eres invitado-Le recordó, mirándolo.

-Cierto, pero cabemos los dos.

-Sí, pero es mejor que tú estés bien.

El hijo de Lucifer (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora