El hijo de Lucifer (Corrigiendo)

El hijo en compañía

Nota: Hace cinco capítulos que iba a decir esto, pero siempre lo olvidaba. Cambié la edad de Trevor. Antes tenía 19, ahora 17 años.

El hijo de Lucifer

::.El hijo en compañía

La casa se veía bastante abandonada. Desde la muerte de Aiad, Aien había descuidado el jardín. Normalmente le pagaba a un jardinero para que lo cuidase, pero seguramente el rubio quería destrozar todo lo que pudiese recordarle a su hermano y la casa en su totalidad le hacía tener presente a Aiad. Allí vivieron juntos, ellos dos solos, por años. Aquel lugar fue el refugio de ambos, los jardines su entretención, pero siendo solamente uno, el inmenso sitio se volvía demasiado solitario y Alex sabía que Aien odiaba la soledad que quedó tras la muerte de su gemelo.

Pero, no estuvo del todo solo.

Dallas les explicó lo que sucedió el día anterior. Fueron a la casa de Aien por dinero para tomar un taxi hasta el bosque. Cuando llegaron a la casona, el moreno vio a Aiad, más bien su esencia, una que más temprano que tarde desaparecería al no haber nadie que alimentara su energía en aquel lugar. Oír aquello fue desgarrador, y él y León comprendieron al fin qué tenía tan mal al rubio, uno que no demostraba sus emociones, pero al mismo tiempo no podía ocultarlas del todo.

-¿Tocamos el timbre?-Dudó Booba-Posiblemente Aien no quiera ver a nadie y no nos abrirá.

León y Alex se miraron pensando lo mismo. Por su parte, Dallas no dudó en comenzar a escalar la alta reja. Verlo ahí, teniendo un poco de dificultad, pero sin rendirse y cruzando al otro lado, causó en Booba un grado de felicidad que guardó para él.

-Ok, no puedo hacer eso-Aseguró León. Su espalda dolía con el simple hecho de estar de pie.

-Yo tampoco-Murmuró Booba. Llevaba un tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio.

-Yo iré-Dijo Alex cruzando al otro lado de la reja sin problemas-Volveremos pronto-Y con eso dicho fue tras Dallas quien ya avanzaba hacia la casa.

Caminaron en silencio el trecho hasta la entrada. Una vez allí, Alexander buscó las llaves de repuesto, abriendo la puerta cuando las encontró. Ya en el interior, ambos miraron alrededor. Las cortinas impedían que el sol ingresara, y las luces de la casa se hallaban apagadas.

-Debe estar arriba-Dijo Alex señalando la escalera. Dallas asintió antes de subir junto al pelirrojo.

La madera crujió. El abandono obviamente estaba deteriorando lentamente el lugar. Sin decir nada, avanzaron, siguiendo Dallas a Alex ya que este sabía dónde estaba el cuarto que los gemelos compartieron. Una puerta estaba entreabierta. Desde el interior se escuchaba una desgarradora melodía: Se vuoi, morirò insieme a te.

Se quedaron quietos, no queriendo interrumpir a Aien. Mantuvieron silencio y permanecieron en el pasillo, con sus miradas posadas en aquella puerta.

Mi consolai guardando il sereno

Che è sempre troppo scuro

Non sai quanto tu mi manchi davvero

E ad essere sincero, lo sai

Tornerò a volare con te

Dallas no sabía italiano. Alex en cambio sí. Conocía lo básico del idioma, pero lo suficiente como para entender el contenido de la canción. Aien le cantaba a Aiad, le decía que volverían a estar juntos, que cuando sucediera su muerte no lo dejaría jamás.

Non riuscirò a convincermi che fa male

Non riuscirò a decidermi che fa male