El hijo de Lucifer (Corrigiendo)

El hijo buscando. Parte 2

El hijo de Lucifer

::.El hijo buscando. Parte 1

12:00 p.m.

Cuando acabaron el desayuno, se quedaron más tiempo en la mesa hablando de varias cosas, entre ellas su hermano le contó que se había reincorporado sin problemas en el trabajo. Sonrió, bastante tranquila porque Pomelo se había levantado de su depresión. Superar lo de Billy le tomaría tiempo, sí, pero por lo menos había comenzado a avanzar para dejar lentamente su desamor atrás, centrándose en las cosas positivas que lo rodeaban.

-¡Que duermas bien!-Deseó Sandi cuando el mayor se fue a dormir.

Ya sola, miró su celular, leyendo el último mensaje de Roberto. Ya debían hallarse en el bosque sólo esperaba que pronto hallasen los registros para que regresasen cuanto antes. Estaba pensando eso cuando una nueva punzada la atacó.

-Perdón...-Se disculpó con su bebé-Tu mami dejará de estar tan nerviosa-Se dijo, respirando hondo. Debía relajarse. Estaba a sólo un par de semanas para dar a luz, por lo que cualquier pequeña preocupación podía ser un riesgo-Creo que en este momento me serviría meditar...-Se levantó, pensando en hacer lo que su padre le enseñó de niña y que ella tercamente no quiso continuar en su adolescencia.

No estaba en contra del budismo, incluso en su acto de rebeldía intentaba seguir uno de los dogmas de la practica: la bondad. No era alguien que pudiese lidiar con las personas, pero sí intentaba ayudar a aquellos que no podían defenderse por sí solos. Los animales eran su razón de ser. Los amaba e intentaba con todas sus fuerzas cuidarlos y protegerlos, ella, porque era su decisión, propia.

-¡Ya voy!-Gritó cuando escuchó el timbre.

Caminó hasta la puerta de entrada, abriendo sin siquiera mirar quien había tocado. Primeramente, no reaccionó. Sólo vio al hombre ante ella y después a este alejándose mientras corría. Luego de eso sintió una punzada y cuando bajó la mirada fue consciente de lo que sucedía. Una enorme mancha roja crecía más y más en su vientre. Chilló y gritó, llamando a su hermano al momento que llevaba sus manos al lugar, buscando detener la hemorragia.

-¡¡¡Pomelo!!!

Cayó de rodillas, sintiendo a cada segundo más insoportable el lacerante dolor. Volvió a llamar al mayor, escuchando prontamente los apresurado de su hermano quien se quedó unos segundos congelado al verla.

-¡Pome!-Sollozó.

-¡Tranquila! ¡Tranquila!-Se acercó a ella-Una ambulancia. No.... Te llevaré yo...-Fue rápidamente por las llaves del auto, regresando hasta la rubia-Presiona-Le dio una toalla.

-Pome...no quiero...Duele...Mi bebé...No...-Suplicaba Sandi desesperada. El mayor sólo pudo tomarla en brazos para cargarla hasta el auto, recostándola en la parte trasera.

-Todo saldrá bien-La calmó mientras ponía su celular en altavoz al mismo tiempo que echaba a andar el auto.

-...

-Sandi, no te quedes dormida-Pidió el mayor cuando le contestaron.

-¡Buenas tardes, urgencias! ¿En qué...?

-No sé que pasó. Mi hermana se está desangrando. Parece que la apuñalaron-Informó rápidamente Pomelo, acelerando-Estoy yendo al hospital. Ella está perdiendo mucha sangre...-Temió lo peor.

Continuó hablando con la mujer que le dijo que ya había una camilla esperándolo en la entrada del hospital, y al llegar pudo ver que así era. Dos paramédicos se acercaron, llevándose a Sandía al interior del edificio, pidiéndole a él que esperase a recibir noticias.