El hijo tomando decisiones

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El hijo de Lucifer

::.El hijo tomando decisiones

Abrió los ojos, encontrándose con una enorme cama vacía. Confuso, se reincorporó, viendo su alrededor. Era una suite del hotel donde vivía León. Lo sabía porque en más de una ocasión compartió una con un amante. Pero estar ahí, en ese momento, no sabía qué pensar. Recordaba haber estado con Jake y haberse desmoronado en sus brazos. No entendía la razón de por qué lo hizo. Era su alumno, un completo desconocido. Definitivamente su cabeza jugó con él. Vio al Jake real, lo sintió tan cercano como el de sus sueños. No. Jamás tuvo que haberse confundido de aquella forma. Fue una estupidez de su parte.

-Debo salir de aquí...-Susurró, levantándose.

Llevaba la ropa del día anterior e incluso sus zapatos estaban junto a uno de los veladores. Se los puso, cruzando la puerta que lo llevó hasta la habitación que abarcaba living, comedor y cocina americana. No era una suite sino uno de los departamentos de lujo que había dentro del hotel.

¿Y Jake? Jake se encontraba sentado en el amplio y largo sofá que parecía exceder el número de cojines por sitio. El menor al notar su presencia quitó su mirada del libro que leía para centrarla en su persona.

-Profesor.

-Ya me voy-No quería decir nada, simplemente irse de aquel lugar.

Avanzó, siendo detenido por el joven en la puerta. Jake impidió que abriese. Lo tenía a su espalda. Cerca, demasiado. El menor era más alto, lo pasaba prácticamente por una cabeza.

-Profesor, quédese...

-No-Se negó rotundamente. No quería siquiera verlo a la cara. No podía aceptar que Jake lo hubiese visto tan vulnerable. Aquello lo descolocaba de sobremanera.

-Por favor...-Súplica. Sintió que le tomó la mano y lo arrastró por el salón hasta un repisero-Quiero mostrarle esto-Señaló los libros.

Aien los observó, deleitándose con los títulos que abarcaban arte antiguo, esoterismo, historia y más. Demonología, espiritismo, parapsicología eran los que más le sorprendía e interesaba ver.

-No hablaré de ayer, si eso es lo que le incomoda. Pero quédese. Quiero que disfrute de esto. Sé que es lo que le apasiona-Habló. Aien finalmente lo miró.

-¿Por qué...?

Vio una sonrisa melancólica en el joven quien alzó su mano, acariciándole con el dorso la mejilla. La sensación estremeció al mayor.

-¿Siempre tiene que preguntar: "¿por qué?"?

-Yo...-Frunció el ceño. Aquello hacía eco en su mente. Incluso recordaba al Jake de sus sueños cuestionándole lo mismo.

-Quiero acercarme a usted-Habló el de chasquillas rojizas-Por eso lo secuestraré por hoy-Le regaló una sonrisa mientras centraba su atención en la repisa, buscando algo en específico-Esto. Tome-Le entregó un libro pesado y de tapa gruesa-Prepararé té.

***

Abrió los ojos, encontrándose con unas hebras castañas que le hacían cosquillas en su nariz. Era Trevor. No lo sintió llegar durante la noche. Suponía que, como siempre, se coló como un ninja, metiéndose en su cama. Sonrió. Despertar con compañía le agradaba, tanto que abrazó al menor quien se quejó.

-Benja...

-¿Qué te pasó?-Interrogó al ver el labio roto del castaño.

-Me encontré con unos idiotas y les partí la cara-Respondió molesto.

El hijo de Lucifer (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora