【Team 10】

↳cincuenta y ocho

➫iván
《1/09/17》

Creí que al haberme dejado en claro que no quería nada conmigo, mis sentimientos hacia ella disminuirían pero no, al contrario, han aumentado.

Quisiera ser Logan, quisiera ser quien reciba su afecto y cariño. Pero supongo que si ella es feliz, yo debo serlo por igual. Maldición, no me debe de importar tanto esto.

–Hey, Iván—dice mi gemelo acercándose.—¿Estás bien?

–Si, si. Sólo me sentía algo sofocado allá dentro.

–Fue por lo de Cassandra ¿cierto?—asiento.—No estés así, ya vendrán mejores chicas. Hoy le diré a Alissa que...—

–No, no lo entiendes. Cassandra no es cualquier chica que se puede olvidar de la noche a la mañana. Y no quiero que involucres a Alissa en esto.

–Como quieras, ella vendrá de todos modos.

–¿¡La has invitado!?

–No sé si recuerdas pero, ella es amiga de Logan y claro que él la había invitado.

–Cierto.

Siento una mano sobre mi hombro, volteo y es Alex.

–¿Te encuentras bien? ¿Qué pasó?

–Oh, nada importante. Vamos allá.

Volvemos al último lugar que quiero estar en este momento y tomo asiento nuevamente.

Le doy mi platillo a Nick y él se lo devora con mucho gusto.

No me debate nada porque sabe que no estoy tan de humor para sus bromas algo pesadas. Hoy definitivamente no es mi día.

En la cabaña quiero hablar con ella y desearle lo mejor, ahora no porque en realidad no me nace decírselo pero creo más tarde sí.

.•.•.

Mucha gente ha venido, la música está a todo volumen, todos bailando y otros trastabillando porque están muy tomados, pero hay que admitir que el ambiente es muy bueno.

No tanto para mí, pues me la he pasado sentado en una esquina, tomando jugo de uva, Nick no me dejó tomar "algo más fuerte".

¿Por qué mi hermano tiene más suerte que yo? Es decir, tiene a Alissa consigo [aunque creo que es farsa, la tiene] y se ve que se están divirtiendo, no la conocí mucho pero las veces que llegué a convivir con ella, no se compara a la expresión que tiene en su cara en este momento. Realmente no sé ni lo que estoy pensando.

Reviso mi celular y nada de mensajes, ni notificaciones que en realidad importen.

Tomo otro sorbo al vaso y sigo admirando todo el lugar. Estoy tan aburrido.

De pronto, una figura femenina se interpone de por medio.

–Hola, me llamo Sabbrina, mucho gusto—¿qué le ha picado?—Vamos, no me dejes con la mano extendida.