↳treinta y nueve

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cassandra
《9/08/17, 12:08 a.m.》

–Dile a Jake que me siento tan agradecida por el regalo—dice mamá con apenas un poco de fuerzas.—Los amo, familia.

–Y nosotros a ti—responde papá.

–Te amo, mamá. Gracias por criarme aunque no era tu prioridad. Discúlpame por todos esos tragos amargos que te hice pasar.

–No agradezcas, fue un privilegio para mí hacerlo—dice poniendo su mano sobre la mía.—No lamentes nada, mi niña.

Mamá estaba usando esa playera que el chico de Ohio le regaló, 'la mejor mamá' decía estampada en ella.

Los regalos fueron asombrosos, pero no era tiempo para sentir alegría cuando alguien tan amado, iba a dar su último suspiro. O al menos eso decían los doctores.

Ella pide a mis hermanos y a papá que nos dejen a solas.

–¿Ya saliste con Alberto?—pregunta con una sonrisa débil.

–Sí, me invitó a comer. Gracias por eso, mamá.

–No hay de qué. Quiero que seas feliz.

–Lo soy—digo de inmediato.—Pero quiero regresar a L.A.

–Lo que sea para que mi niña esté contenta.

En seguida, con sus manos temblorosas, me acaricia la cara

–Eres tan preciosa, ya te encontrarás a alguien que aprecie ésta obra de arte.

"Eres hermosa, ¿quién no te amaría?"

"Eres una belleza de arte, Cass."

Pronto lo haré, lo prometo.

–Algo me dice que ya lo hiciste, pequeña—sonríe.—¿Está guapo?

Mucho.

–Mamá—reclamo.—Mejor descansa.

–A la mierda el descanso. Quiero escuchar quién ha cautivado el corazón de mi niña.

–Te amo—digo riendo.—Saldremos de ésta, mamá.

–Te prometo que sí.—dice viéndome fijamente.—Ahora cuéntame de ese chico.

–Es complicado—menciono viendo al piso.

Y si, son unos cuántos...

–Tengo tiempo.

–Mejor cuando salgas, juro contarte todo.

–Dios santo—ríe rodando los ojos.—Está bien.

Escucho que abren la puerta y es una enfermera

–Tenemos que sedarla para que pueda dormir—habla con una cara de perro.

Pensé que en Doctor's Hospital tratarían un poco mejor que en el IMSS.

Tal vez sólo está amargada.

Volteo con mamá y le dedico una sonrisa, a lo que ella solo asiente con su cabeza.

Salgo de la habitación y me voy a la sala de espera.

Me siento en uno de los sofás.

–¿Cuándo regresarás a Los Ángeles?—pregunta papá.

–Cuando mamá esté más estable, además, no hay una fecha límite. Sólo que comoquiera tengo que volver.

Eso fue algo contradictorio.

【Team 10】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora