— ¿No vamos, Ady? — pregunté apareciendo detrás de ella haciendo que pegara un gritito del susto.
— Deja de asustarme — dijo molesta — Y no me llames Ady.
Le abrí la puerta del copiloto para que entrara a la camioneta y yo entré después de ella.
— ¿Por qué? Deberíamos ser amigos, ¿no? Ya que serás mi novia — dije tranquilo encendiendo mi auto.
Adele que estaba tomando un té frío comenzó a toser de la impresión.
Comencé a conducir a su casa.
— ¿Qué? ¿Tu novia? ¿Qué te fumaste?
— Cocaína, pero eso no tiene nada que ver — bromeé — Mi madre dice que quiere que seas mi novia y mi mamá no aprueba a cualquiera. Si tienes la bendición de mi abuela estaremos casados en unos días.
Adele siguió viéndome como si acabara de patear al Papa.
— Es broma — dije riendo y ella botó todo el aire que estaba conteniendo — Por ahora.
— Ni siquiera somos amigos — dijo ella más seria de lo normal.
— Auch — hice un puchero — Yo ya te consideraba una hermana para mí.
— ¿Brotherzone?
— No hay ninguna "brotherzone" porque tú no quieres nada conmigo, ¿no?
— Exacto — ella sonrió y cerró los ojos recostándose en el asiento.
Coloqué música.
Tal vez la música nos uniría, ¿no? A ella le encantaba y a mí también.
Hey, Jude de The Beatles comenzó a sonar.
Por el espejo retrovisor veía como Adele modulaba la letra de la canción.
— Canta, sin miedo.
Ella me miró y por un momento pensé que iba a cantar. Abrió la boca y...
— Era en la otra calle - dijo decepcionándome — Tendrás que dar la vuelta.
Asentí.
Lograr que cantara sería difícil.
Cuando llegamos a su casa ella comenzó a verse muy nerviosa.
Movía la pierna derecha sin parar, se mordía las uñas y comenzaba a ponerse colorada.
— Te sonrojas muy fácilmente — comenté.
— ¿Qué? Claro que no.
— Pues déjame decirte que eres muy bonita y que me encanta como las pecas en tu nariz son como hermosas constelaciones.
Su cabeza parecía un tomate de lo roja que se había puesto.
— ¿Lo ves? Muy fácilmente — dije y me acerqué un poco a ella en el asiento — Tranquila, todo saldrá bien. Sólo conoceré a mis futuros suegros.
Ella rodó los ojos y me dio un golpe en el hombro.
— Deja las tonterías — habló antes de bajar de mi preciada y hermosa camioneta.
Bajé también y caminé hacia la puerta de entrada.
Adele insertó la llave, pero antes de abrir se detuvo y me miró durante varios segundos.
— L-lo siento si mis padres son algo pesados. Es que estarán un poco sorprendidos de verte aquí - dijo moviendo todos sus dedos intranquila — Nu-Nunca antes había traído alguien a casa.
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Adam y Adele
Teen FictionÉl es popular. Ella es tímida. Él es deportista. Ella ama los libros. Él es gracioso. Ella es amargada. Él es Adam. Ella es Adele. Son tan diferentes, pero hay algo que los une: la música. "Son el uno para el otro y no se dan cuenta". Secuela de "L...