— Creo que deberíamos darles algo de privacidad — habló ella.Asentí y nos alejamos de la puerta corrediza.
— Entonces... ¿nos vamos? — preguntó.
— Si claro, yo sólo subiré a cambiarme la camiseta. Si quieres espérame en el sofá. Ya vuelvo.
Ella asintió y subí las escaleras a toda velocidad.
Entré al cuarto de Chris para encontrarme con una imagen de él con medio cuerpo dentro de su habitación y la otra mirad fuera de la ventana.
— ¿Pero qué rayos haces, Chistopher?
Él me miró asustado y luego rodó los ojos.
— Debí haber cerrado con llave.
— Eso es obvio, ¿cómo pretendes escapar con la puerta abierta? Pudo haber entrado mamá — rodé los ojos y puse una silla bajo sus pies para que entrara al cuarto por completo.
— Lo sé — dijo bajando de la ventana y dando un brinco al suelo ignorando la silla. Tomó un sorbo de agua que tenía sobre su escritorio y volvió a trepar a la ventana — Ahora, si no te importa, me iré.
— Oh no — lo halé de las piernas para que cayera al suelo de rabo — Sabía que te escaparías, Christopher Alejandro, te he enseñado todo lo que sabes.
— ¿A qué viniste?
— Venía a decirte que yo te llevaba a esa fiesta, voy a dejar a Adele a su casa y podría dejarte, mamá está distraída con Greg.
— Gracias, hermano.
— Dije venía, querido primo, no me gustó como trataste a Ady así que no lo haré — me encogí de hombros. — A no ser que te disculpes con ella.
— Olvídalo, me iré por la ventana.
— Christopher, fuiste grosero con ella, tienes que disculparte.
— ¿Me vas a hablar a mí de ser grosero cuándo tú eres el que trae a una chica diferente cada semana y luego las olvidas haciéndoles daño? No Adam, acá el que debe disculpas no soy yo.
Wow.
Retrocedí un paso sintiéndome herido.
Él tenía razón.
— Sólo... no vayas a esa fiesta, Chris. — dije antes de irme de la habitación y bajar las escaleras. A mitad de camino me detuve recordando que mi excusa era cambiarme la camiseta y no lo había hecho. Corrí a mi habitación, tomé una y me la cambié rápidamente, para volver a dirigirme a la sala.
— Ya volv...
Adele estaba durmiendo profundamente en el sofá.
La miré con ternura y algo de confusión.
¿En serio pudo dormirse tan rápido?
Me encogí de hombros y me acerqué a ella para hacer algo que le había dicho no volvería hacer.
La tomé con cuidado en mis brazos apretándola contra mi pecho para subirla a mi habitación.
ESTÁS LEYENDO
Adam y Adele
Подростковая литератураÉl es popular. Ella es tímida. Él es deportista. Ella ama los libros. Él es gracioso. Ella es amargada. Él es Adam. Ella es Adele. Son tan diferentes, pero hay algo que los une: la música. "Son el uno para el otro y no se dan cuenta". Secuela de "L...