Multimedia: Blake Steven como Lucas Aleggre.
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— ¡ADAM! — escuché que alguien me llamaba.
— ¡¿Quién me aclama?!
Ví a Lucas, el compañero de asiento de Amélie correr hacia mí.
Lucas rió.
— No te aclamo, pero si necesito tu ayuda.
— ¿Mi ayuda?
— Bueno, es un consejo.
— Oh, viniste con el mejor. Soy el psicólogo de mis amigos. Disculpa si no te llevo a mi consultorio pero tenías que haber programado una cita antes.
Lucas rió.
— Pues, discutí con Amélie.
— Oh, ¿por qué?
— Porque me enojé porque perdió su... florecita con el estúpido de Nathan.
— Uy, mal — dije mirándolo preocupado.
— Lo sé, eso estuvo mal. Él no la merece.
— No, mal tú — dije y Lucas frunció el ceño confundido — No la reprendas con ese tema, siempre ha sido algo delicado para ella. Melie no estaba segura pero lo hizo para no perderlo. No es bueno que se lo recuerdes.
— Oh, no tenía idea — Lucas me miró con completo arrepentimiento — ¡Ahg, soy tan estúpido!
— Lo eres — reí y él me miró mal — Es broma, solo ve y discúlpate. Tú tampoco tienes tanto la culpa, no sabías la historia.
— Tienes razón — sonrió y comenzó a correr hacia otro lado — ¡Gracias, Adam, eres el mejor! ¡Y gracias por ayudarme con lo de Nathan!
— ¡Oye! ¡No es gratis! — grité pero Lucas me ignoró.
— Agh, no valoran mis servicios. — dije a la nada mientras caminaba hacia detención. — ¿Qué pasa, profe? ¿Qué me toca hoy? — hablé recostándome sobre la mesa donde estaba sentada Ady en una esquina — ¿Cómo es posible que seas puntual hasta para llegar a detención?
— P-pues, no lo sé.
— Oh, no. Tartamudeo conmigo no.
— ¿Ya hablaron? Después pueden cuadrar para un café, pero ahora les toca limpiar la cafetería. — dijo la profesora interrumpiéndonos.
¿La cafetería?
— Oh no, todo menos la cafetería. Por favor, se lo ruego — imploré.
Ella se encogió de hombros.
— Lástima que no me importa. Ya sabes dónde están los productos de limpieza y no le dejes todo el trabajo a Adele. Mientras tanto, voy al centro comercial. — dijo levantándose y saliendo del salón.
— Wow, que amable — dijo Adele sarcástica.
— Y eso que hoy esta de buen humor — me encogí de hombros caminando hacia el armario del conserje tomando lo necesario para fingir que limpiaré.
Adele también tomó otras cosas para limpiar.
— ¿Por qué no quieres limpiar la cafetería? ¿Tan mal está?
— Pues normalmente termina sucia, pero justo hoy me dio por hacer una guerra de comida, de las mejores en mi historia. — sonreí orgulloso de mí y mi trabajo pero mi sonrisa se borró completamente al ver que hice mi trabajo demasiado bien.
La cafetería era un completo desastre.
Les doy un ejemplo: una de las sillas colgaba del techo.
— ¿En serio? Qué maduro, Adam.
— Oh, maduro no, por favor.
Adele rió.
— Bien, empecemos — dijo tomando la escoba.
— Exactamente — dije quitándola de sus manos. — Vine preparado — Saqué mi pequeña radio de mi mochila y la encendí — Siguiente paso para quitar tu timidez: perder la timidez conmigo.
— Adam, tenemos que limpiar — dijo volviendo a tomar la escoba.
— Adele, ¿podrías dejar de preocuparte por todo y dejarte llevar por un segundo?
— Pero...
— Sólo baila conmigo — tomé su mano — ¿Lo intentarias?
— No sé bailar.
— Yo te enseño — dije y ella se acerco a mí con una hermosa sonrisa. — ¿Te han dicho que tienes los ojos más lindos jamás creados?
Ella negó con la cabeza poniéndose muy colorada.
— Pues los tienes. Y es un privilegio para mí verlos en este momento.
Adele sonrió.
Bailamos de todo. Hasta salsa y bachata, o eso intentamos ya que nos resbalamos y caímos un montón de veces por la comida esparcida en el suelo. Pero gracias a eso Adele rió como nunca.
I can't help falling in love de Elvis Presley comenzó a sonar e inmediatamente tomé a Adele y la acerque a mí, sin querer la acerqué demasiado a mí.
Podía sentir su agitada respiración junto a la mía que comenzaba a acelerarse también.
Acaricie lentamente su mejilla llena de pecas.
— Canta para mí, por favor — susurré — Sólo esta canción.
Adele cerró los ojos y muy suavemente comenzó a cantar.
Me alejé un poco para contemplarla.
— Wise men say
(Los hombres sabios dicen)
Only fools rush in
(Que solo los insensatos se apresuran),
But I can't help falling in love with you .
(Pero yo no puedo evitar enamorarme de ti).Y así canto toda la canción dejándome boquiabierto por su voz tan pura y hermosa.
Pura y hermosa.
Así es Adele Castle.
Cuando termino de cantar me sentí vacío, como si escuchar su voz me llenara, me completara.
Ella me miro y mordió su labio con nerviosismo.
Oh.
Quería besarla.
Quiero besarla.
No sé, porqué de repente me entro el deseo de estar con ella, abrazarla y hacerla feliz.
¡Oh, cuanto quería besarla!
Así que me acerque y lo hice, la besé.
Lenta y tímidamente me correspondió llenando de nuevo mi vacío, llenándolo de felicidad.
Acaricié sus mejillas lentamente mientras seguía besándola sintiéndome en un sueño.
Ella correspondió el beso tímidamente haciéndome completamente feliz.
¡Qué hermosa es!
Me alejé lentamente de ella y besé su frente.
Ella me sonrió.
O tal vez eso hubiera pasado si me hubiera atrevido a besarla, pero no lo hice.
Cuando Adele termino de cantar ella me miró y mordió su labio con nerviosismo.
Me acerqué y besé su mejilla como el cobarde que era quedándome con las ganas de sentir sus labios sobre los míos.
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Adam y Adele
Teen FictionÉl es popular. Ella es tímida. Él es deportista. Ella ama los libros. Él es gracioso. Ella es amargada. Él es Adam. Ella es Adele. Son tan diferentes, pero hay algo que los une: la música. "Son el uno para el otro y no se dan cuenta". Secuela de "L...