Ojos cafés.No eran azules, ni verdes, ni grises. Sólo eran unos simples ojos cafés; pero los más hermosos que había visto en mi vida.
¿Por qué pensaba en eso? Yo nunca me había fijado en los ojos de una chica. Debería estar pensando en fiestas o cualquier otra cosa.
— Hey, hermano, ¿qué pasa? — me preguntó Nathan golpeando mi hombro — Nunca habías estado más de cinco minutos sin contar un chiste.
— Sabía que en el fondo amabas mis chistes — comenté.
— Muy en el fondo.
Estábamos caminando por los pasillos.
La campana sonó indicando que debíamos entrar a nuestra siguiente clase.
Entramos y vi a una chica sentada al fondo que cubría su rostro con un libro.
Sin darme cuenta ya me encontraba caminando hacia allá y sentándome junto a ella.
Y como era de esperarse se encogió más en el libro.
— ¿Está ocupado?
Ella negó levemente con la cabeza.
— ¿Podrías responderme con palabras? — pregunté amable.
Volvió a negar.
Me decidí a hacer la siguiente pregunta que me carcomía desde la clase anterior.
— ¿Me tienes miedo?
No se movió.
El profesor entró haciendo que todos calláramos.
La aburrida clase comenzó y la partida en mi celular también.
La chica a mi lado escribía en su cuaderno, cuando noté que eran dos. Estaba escribiendo en dos cuadernos.
Fruncí el ceño y traté de enfocar más mi vista para ver qué escribía.
En uno de los dos anotaba la clase. Y en el otro hacía garabatos, también vi su firma escrita varias veces y un trozo de letra de una canción. Decía: "Wise men say".
Conocía la canción. Era Can't help falling in love de Elvis Presley.
De repente sentí como una bombilla se encendía sobre mi cabeza al estilo caricatura y sonreí.
Saqué un cuaderno, arranqué un trozo de hoja y escribí: "Only fools rush in".
Le pasé el papel, ella lo leyó y divisé una sonrisa a través de su negro cabello.
Me mandó una nota que decía: "But I can't help falling in love with you".
Su caligrafía era bonita y ordenada, pero lo que más me llamaba la atención era como hacía flores en los puntos de las íes.
Flores.
Ella no hacía puntos normales, ni corazones como cualquier otra chica, ella hacía flores.
Sin duda esta chica es diferente a todas las demás.
Y eso me intrigaba mucho.
Ya me estaba aburriendo de lo mismo, el mismo tipo de fiestas, los mismos tipos de chicas, las mismas clases aburridas. Por fin veía a alguien diferente y me daba tanta curiosidad saber más de ella.
— Oye, hola. — le saludé en un susurro tratando de formular una conversación con ella.
No respondió, no giró, sólo se removió incómoda.
ESTÁS LEYENDO
Adam y Adele
أدب المراهقينÉl es popular. Ella es tímida. Él es deportista. Ella ama los libros. Él es gracioso. Ella es amargada. Él es Adam. Ella es Adele. Son tan diferentes, pero hay algo que los une: la música. "Son el uno para el otro y no se dan cuenta". Secuela de "L...