Capítulo 24 "Idiota"

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Toqué la puerta de entrada ya que no tenía mis llaves, ni ninguna otra cosa. Mi  mamá salió y al verme se lanzó a abrazarme.

— ¡Oh, Adam! Estaba tan preocupada. — dijo con la voz rota — No vuelvas a hacerme eso.

Rodé los ojos.

Mi mamá volteó a ver a Adele que se notaba bastante nerviosa por cómo movía su pierna inquietamente.

— ¡Adele, preciosa! ¡Volviste! — le dijo mi mamá corriendo a abrazarla — Te extrañamos mucho por aquí.

— Y-yo igual a ustedes, se-señora Martínez — dijo con un hilito de voz muy bajo.

— No mientas, Adele — dije rodando los ojos sintiéndome culpable al momento.

Pero era cierto, ella ya no quería tener nada conmigo, ni una amistad. No le importaba nada que tuviera que ver conmigo.

Giré a verla y ví una expresión de dolor pasar por su rostro.

Era un idiota.

Nunca he querido herirla.

Pero estaba tan molesto.

— Adam, no seas grosero — dijo mi madre dándome una mala mirada — ¿Y quién es este muchacho tan simpático?

Mi madre giró a ver al dj quien le sonrió con dulzura.

Hipócrita.

— Es el novio de Adele, mamá. — hablé. — Yo me largo de aquí. — dije tambaleando a la casa dejándolos atrás, ignorándolos.

Gregory salió de algún lugar en la cocina y me dió una mirada enojada.

Christopher quien estaba tirado en el sofá también se le notaba molesto.

Mamá entró al terminar de despedirse y disculparse por mi actitud.

— Sólo salí a divertirme unos días, mamá — dije encogiéndome de hombros.

— Pero sabes que no me gusta que hagas eso, ya hacía un tiempo que no te perdías así — dijo dándome una mirada de tristeza y preocupación — ¿Pasó algo estos días, tesoro? — preguntó pero ella sabía la respuesta.

Rodé los ojos.

— Nada ha pasado, mamá. Sólo fui una a fiesta, ya estoy grande, ¿sí? Sé cuidarme solo.

Ella asintió con tristeza y subió a su habitación.

— Adam, dices que estás grande y tienes acciones de niño. — habló Gregory — Tu mamá lleva días preocupada por ti, todos hemos estado preocupados. No seas tan inmaduro.

— Yo puedo hacer lo que quiera.

— Eso lo sé. Pero asegúrate de no hacerle daño a los que te quieren mientras lo haces. — dijo y se fue a su habitación también.

— Eres un gran ejemplo, primito — dijo Chris sarcástico pasando junto a mí.

Rodé los ojos, tomé una cerveza de la nevera y me dirigí a afuera, pero antes de salir tomé la caja de cigarrillos de Gregory y un encendedor.

Salí a la calle y me senté en la acera frente a mi casa, encendí el cigarrillo y lo puse en mi boca.

— Adam Martínez, quita ese cigarrillo de tu boca ahora mismo.

Subí la mirada y vi a Amélie que estaba mirándome muy enojada.

Reí sin gracia.

Adam y AdeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora