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Día 90

Querido amigo.

Llevo 6 días sin bañarme y 4 sin salir de casa. Es impresionante lo asqueroso que puede ser el cuerpo humano, con todas sus secreciones y sus extraños aromas. Aunque, hay que admitir que es perfecto como tal. Contradictorio ¿no? Es decir, el cuerpo de una persona sana, sin enfermedades genéticas, trastornos o cualquier otra cosa... Es perfecto en cuanto funcionamiento. Todo está allí por alguna razón, todo está perfectamente regulado... Es maravilloso. Como me gusta llamarlo, "Un asqueroso milagro"

En fin, querido amigo, no era esto de lo que quería hablarte, sino del hecho de mis sospechas de estar entrando en depresión. No es algo sorprendente, lo sé, es simplemente, que no quiero estar así ¿Quién querría? Y a pesar de ello, no lo puedo evitar.

Mi madre, solía creer que no la comprendía, sin embargo, me he esforzado lo suficiente como para que ella no notase que padezco una de sus enfermedades. No te lo he dicho, pero ella solía tener alucinaciones y ataques de pánico. Trató de suicidarse en varias ocasiones.

Recuerdo, que a veces, solía gatear por toda la casa con un cuchillo en la mano o simplemente, gritaba sin razón aparente. Decía que veía ratas y sombras oscuras a su alrededor. En algunas ocasiones, también se metía en el baño y sentada sobre el inodoro comenzaba a golpearse la cabeza contra la puerta.

Papá solía maltratarla para que dejara de hacer esas cosas y yo, en mi dolor y falta de comprensión, muchas veces hice lo mismo.

Yo tenía 12 años cuando todo esto ocurrió. Cuando tuve que llevarla a una clínica mental para que la internaran. Papá, en lugar de ser un apoyo, me echó la culpa a mí y a mi hermana de lo que estaba sucediendo. Ella lo olvidó al poco tiempo, pero yo no lo hice jamás.

A la semana, de estar mi madre en ese lugar, mi padre fue a buscarla y bajo promesas de cuidarla, la trajo a casa. En ese mismo instante, se fue, no sé dónde y regresó más tarde.

Hasta el día de hoy, tengo miedo de que ella tenga una recaída.

No recuerdo muchas cosas de mi adolescencia. Mi mamá comenzó a trabajar y estar en casa junto a mi padre y mi hermana, se convirtió en un calvario. Él siempre sintió más afecto por ella que por mí. Muchas veces, me encontré sin deseos de regresar a la casa después del colegio y muchas otras, pedía a Dios (Creía en él para esos entonces, luego de ello fui agnóstico... pero no viene al caso) que no permitiera que me despertase al otro día. Siempre fui un cobarde, incapaz de tomar mi propia vida.

Sufría también en el colegio. El bullying por ser homosexual, era insoportable. Y en lugar de ofrecerme contención a mí, se la ofrecían a mi agresor, bajo el pretexto de que era un suicida en potencia. Mi madre, quien realmente lo era, sostenía que ese muchacho no podía serlo al tener una actitud demasiado soberbia. Yo no lo sé, no puedo decir nada al respecto. Creo que todos los seres humanos hemos pensado en quitarnos la vida en algún momento, aunque muchos no quieran admitirlo. Pero sabes en lo que sí creo... creo que defendían a ese muchacho por el simple hecho de ser guapo. Años más tarde, me pidió disculpas y yo las acepté, siempre consciente de que el tiempo que ha pasado, de que el sufrimiento que he padecido, es algo que ya no se recupera. No hay marcha atrás, no hay disculpa que valga.

¿Quieres que te cuente como fueron los últimos días de papá en casa, antes de marcharse con otra mujer? Por momentos, es agradable no tener respuesta de tu parte. (Lo siento... mi sentido del humor es un poco extraño)

Papá tenía actitudes extrañas desde hacía un tiempo. Se marchaba de casa, alegando que padecía depresión y luego nos contaba que había ido a comer a tal lado o inventaba situaciones que resultaban poco creíbles, pero al confiar en él, aceptábamos como verídicas. Estábamos pasando por momentos difíciles, puede decirse que incluso padecíamos hambre. Por eso, escuchar decir a tu padre que se iba a tomar un helado, causaba un poco de dolor. Sin embargo, no queríamos ser egoístas, él estaba mal y debíamos comprenderlo. ¡Qué tontos! ¿No?

Si incluso, un día, sus hermanos vinieron a buscarlo y se lo llevaron de vacaciones unos días, dejándonos a la deriva. Estoy casi seguro, de que esa vez, ella, "la otra" estuvo incluida en ese viaje.

Fue la noche de mi fiesta de egresados en la que mi madre descubrió la mentira. Ella nunca era de revisar sus cosas, pero algo, llámalo "presentimiento" o como quieras, le dijo que debía hacerlo. Entre sus pertenencias, encontró dinero y unas pastillas que ayudan a obtener potencia sexual.

Mamá me lo comentó y ambos callamos. Esa era "mi noche" y debíamos estar bien. Después sería un buen momento para el escándalo. Si mirases las fotografías de esa fiesta, podrías ver su expresión desencajada. No había sonrisas en su rostro... nada.

Papá lo había hecho, había arruinado mi noche.

Al regresar a casa, mamá se lo dijo, que ella sabía lo que estaba sucediendo. Pero él no se marchó, se quedó allí, con nosotros durante un año. Se iba con "la otra" mientras mamá lavaba y planchaba sus cosas, lo cuidaba y seguía siendo una sirvienta personal para él. Recuerdo haberle suplicado muchas veces que nos fuéramos de allí, pero ella no me hizo caso.

Papá tenía un humor terrible durante ese tiempo. Yo siempre fui distraído por demás y él poco paciente. Las veces que me pegó, me oriné en mis pantalones. Sí, llegué a ese punto... estar aterrorizado de mi propio padre. De la persona que, se suponía, debía protegerme.

Hasta que un día la situación no dio para más. Por suerte, no estuve presente y por ello, no puedo decirte bien como se dieron los hechos. Solo sé, que mi padre trató de matar a mi madre y que al otro día, una denuncia por violencia pesaba sobre su cabeza. Huyó de casa como si fuese una rata. De repente, sí tenía donde ir.

Yo no quería volver a verlo, no deseaba saber nada nunca más de él. Sin embargo, mi madre me obligó a hacerlo. Es por eso, que nuestra inestable relación se mantuvo hasta el día de su muerte.

Mamá cayó en depresión y con ello, vino su excesiva autocompasión. Así, al ser yo su mayor confidente, me he enterado de cosas que un hijo no debería saber, cosas que mi padre le hizo a ella y que no podré olvidar.

Lo siento, querido amigo, esos secretos son algo que no te contaré.

En fin, a los pocos años, mamá se consiguió un novio, un hombre que había quedado viudo hacía 13 años... Todo iba bien con él, pero lo arruinaba el estúpido hecho de que los hijos de él, de la edad de mi madre, quien para esos entonces tenía 51, (sí, has leído bien, ese hombre podría haber sido su padre) no deseaban que salieran juntos, porque eso "manchaba la memoria de su madre".

De igual manera, permanecieron juntos, hasta que mi madre padeció un ACV y la mitad de su cuerpo quedó paralizado. Luego de eso, la actitud de él cambió y mamá no era ninguna tonta... ya sabes.

La pobreza, el desamor e incluso el no aceptar su propia enfermedad, la sumieron aún más en su autocompasión, cosa con la cual, notó, podía manipularme. Yo hacía todo a su antojo, hasta el punto de olvidarme de mi mismo. Deje de salir, por quedarme a su lado y olvidé muchas de mis prioridades por ella. Me sentía culpable, impotente, al no poderla hacer feliz.

¿Debe un hijo hacerse cargo de sus padres hasta ese punto?

No lo sé, querido amigo. Solo que un día, me encontré pensando en que la vida era una sola y no quería desperdiciarla así, de esa manera, sin pensar aunque fuera un poco en mí. Después de todo, yo no le pedí a mi madre venir al mundo.

La vida es una condena, mi amigo, el mundo es más oscuro de lo que aparenta, el sistema te hunde, te convierte en un esclavo, te quita horas de vida, para tratar de sobrevivir. No podía sumarle a eso, el pasarme cumpliendo los caprichos de mi madre. A pesar de ello, creo que nuestra relación no cambió mucho. Sigo sintiéndome culpable por darle la contraria, aunque, a veces, también estoy un poco más aliviado ante mi decisión. Sin embarho, no siempre me salió bien... una vez renuncié a un trabajo, por entrar en una carrera universitaria, (en la cual me imaginé exitoso) que terminé por abandonar a los pocos años. Creo que mi castigo, después de eso, fue obtener empleos en los cuales fui terriblemente mal pagado y humillado.

Algunas cosas, nos pasan simplemente por tontos.

"Querido amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora