Día 190
Querido amigo.
A veces, tengo necesidad de que alguien me toque. Sí, la frase suena demasiado sugerente y no está tan lejos de lo que piensas. Necesito besos, necesito caricias, necesito de alguien que me desée aunque sea un poco. Que me ofrezca intimidad, más que sexo. Ya lo sabes, que las relaciones sexuales no son muy de mi agrado.
Me hace falta la calidez que solo los abrazos de una pareja pueden transmitir.
A veces, me siento tan solo, querido amigo, que se me hace insoportable y siempre, cuando ese tipo de cosas ocurren, me gusta pensar que mis deseos serán satisfechos de una forma casi "mágica" que de repente, aparecerá alguien a quien yo le importe. Lastimosamente, siempre he sido dolorosamente realista. Sé que no es fácil que alguien te ame así, como así. Aún no he conseguido provocar en alguien aunque sea un sentimiento similar y el proceso para ello... conocerse, tratar de ser simpático y no cagarla, se me hace demasiado engorroso.
Nada es como en los cuentos. Nadie me besará y se sentirá prendado de la "hermosa" persona que soy, ni nada por el estilo.
Tener que resignarme a esa verdad me cuesta demasiado, por más que quiera aferrarme a una idea absurda de que me encontraré al amor en la vuelta de la esquina, a la vida no le importa. Ella será tan mierda y cabrona, como tenga ganas de serlo... y yo solo tendré que aceptarlo y/o joderme.
Día 193
Querido amigo.
La angustia es un manto invisible... ¿Ya lo he dicho? Se siente pesada sobre mis hombros y a veces, me cuesta identificarla. ¿Qué es lo que produce en mí, tal estado de ánimo?
La vida carece de sentido, en este entonces. Sin embargo, otra vez vuelvo a lo mismo y descubro que nunca lo ha tenido. Es tan triste levantarse día a día buscando un motivo para seguir adelante y darte cuenta de que no lo tienes.
Si fuese por mí, mandaría todo al diablo; no volvería a levantarme de mi cama, me dejaría morir allí. Sé que mi madre no va a permitírmelo, es por eso que cada día me pongo en pie, aunque, quizás, solo soy un cobarde... uno más del montón, que le temen a la muerte, que le temen a sumirse en la oscuridad.
Mi madre dice que extraño a mi padre, que ha sido un golpe muy duro para mi. Es probable que sea así, sin importar que busque entre mis recuerdos buenos momentos sin ser capaz de hallarlos. Mi padre, era un mar de mentiras y falsedades, no sé si alguna vez me amó, no sé si alguna vez se sintió orgulloso de mí.
Hace poco, mi hermana encontró un trabajo y dijo que había sido gracias a él. Yo no me atrevería a decir lo mismo. Hay personas que hacen peticiones a sus seres queridos fallecidos. Yo no podría, porque más allá de que mi padre me escuchase o no, siento que no me haría caso.
No lo sé, querido amigo, no he tenido una buena relación con él ¿Por qué habría de cambiar eso ahora que está muerto?
Se me hace una hipocresía.
Día 195
Querido amigo.
Hoy me he puesto demasiado nervioso. ¡Detesto esto! Esteban me ha dicho que el cliente de la vidriera/Lucio está interesado en mí. ¡Si tan solo supiera que no puedo lidiar con esas cosas!
Me pongo ansioso y no puedo mirarlo a los ojos. Trato de ser simpático, de actuar natural, pero no puedo evitar comportarme como un completo imbécil. ¿Qué quería, Esteban, con esto? Que me deshaga de uno de nuestros clientes más asiduos, porque, al paso que voy, terminaré por echarle el café encima.
Lo peor de todo, es que, quizás, yo si me había dado cuenta de que generaba algún tipo de interés en ese hombre. Aunque, muchas veces, me gusta negármelo a mí mismo, porque si no después me pongo insoportable (Lo habrás notado con lo que me gusta llamar "Caso Esteban") Cuando alguien me confirma mis sospechas, ya no puedo huir de ellas y deviene el desastre.
Día 196
Querido amigo.
He escrito demasiado pronto ¿No lo crees? Hoy veía los avisos clasificados en el diario y al ver en las descripciones que buscaban personas proactivas, capaces, simpáticas o lo que fuere, me pregunté qué sucede con quienes estamos rotos. En realidad, creo que todos en un punto lo estamos.
Comprendo que una persona con un estado de ánimo por los suelos, no puede resultarle útil a alguna empresa. Sin embargo, no todos estamos bien todo el tiempo, no todos podemos continuar adelante ¿Qué pasa con esas personas que necesitan detenerse un momento? ¿Simplemente las dejamos atrás?
Es de humanos sentirse heridos, es de humanos estar mal, pero esta sociedad te pide lo contrario, que dejes tu parte humana y te robotices, que seas una máquina que regala sonrisas y siempre está a disposición del otro.
Estar mal sentirse mal, está prohibido.
¿Dónde está el lugar para quienes están perdidos, para quienes no hayan el camino?
El mundo se ha olvidado de ellos, los hunde más. Creo que por eso hay veces que no encuentran más salida, que detenerlo todo; porque nadie esperó a que puedan avanzar.
Me siento cansado, querido amigo.
Día 198
Querido amigo.
¡Carajo, me han invitado a una cita! Y he aceptado solamente por mi incapacidad de decir que no. A mi mente vienen memorias de las veces que mi hermana o mi madre me han dicho que por ser desagradable estoy solo. Quizás, tenga una oportunidad ¿Cierto? O esto es solo una simple excusa... Es lo más probable.
A mí regresan los deseos de soledad, los temores por el sexo y por mi apariencia. Necesito estar solo, regresar a esa seguridad de que no debo esforzarme por agradar. Me siento presionado, ¿Qué se supone que uno hace en las citas? ¿Qué debo decir? ¿Qué debo callar? ¿Para qué lugares debo llevar la conversación? ¿Qué se supone que responda, cuando me pregunten si tengo algún plan para el futuro?... Por cuanto tiempo tendré que mantener ese secreto que pulsa en mi mente, ese que me repite día a día que ya estoy viejo para no saber qué es lo que quiero.
Solo espero no sentirme obligado, como antaño, a besarlo... a tener sexo. Por favor, que pueda decir que no. Que la soledad, que los deseos porque alguien me ame, no me hagan actuar como estúpido, como desesperado.
Es tan contradictorio anhelar estar solo y a la vez ansiar con todas mis fuerzas la compañía de alguien... El agradar.
Tengo miedo, querido amigo, mucho miedo de estar cometiendo un error. De aceptar a alguien a quien no quiero a mi lado... o de rechazar a alguien que, quizás, estuve esperando todo este tiempo.
Por cierto, supongo que para este momento debes saberlo, pero lo diré de igual manera. Mi cita es con Lucio...
Lo propuso con simpleza, con la naturalidad de alguien maduro que justifica en su seguridad los años vividos. Se acercó a la barra y simplemente me miró a los ojos antes de decirlo. ¿Puedo invitarte a cenar?
Y dije que sí... porque aún sigo sintiendo que no puedo negarme, porque por eso estoy solo... por eso soy un fracaso.
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"Querido amigo"
General Fiction"Querido amigo: Nunca nadie me ha amado" ¿Puede el alma desnudarse y volcarse en unas simples hojas de papel? Nuestro protagonista tratará de averiguarlo.