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Día 79

Querido amigo.

Hoy fui a visitar a mamá. Hubo muchas cosas que no te he contado de ella, ¿Cierto? Es una buena mujer, nadie puede negarlo.

Me ha pedido que vaya a visitarla más seguido. Ahora sí puedo hacerlo, tengo tiempo para ello. Regresar a mi casa, de una forma u otra, me trajo algo de melancolía, aunque, tengo que admitir que no me arrepiento de haberme ido de allí. ¿Sabes? Mi hermana tiene una casa en la parte trasera. Bueno, en realidad, no puede decirse que sea una casa, diremos, en cambio, que son habitaciones, ya que no tiene baño. No te espantes, mi amigo, no es que yo esté siendo injusto o de algún modo, esté discriminándola por ese hecho. Ella ha tenido dinero de sobra como para hacérselo y no solo eso, ha tenido dinero para arreglar todo su hogar... pero ya te he hablado de su costumbre de derrocharlo todo.

Podrás hacerte la idea de que utiliza el baño de mi madre, irrumpiendo en la casa, sin respetar en lo más mínimo la intimidad de sus habitantes. Me dirás, entonces, que mi hermana es una especie de "monstruo" y te digo, no siempre fue así, sin embargo, no puedo echarle toda la culpa al marido maleducado e irrespetuoso que tiene. Mi hermana, siempre ha sido egoísta, él lo único que ha hecho, es colaborar para que esa característica suya aumente.

Lo peor del asunto, es que ella no solamente es egoísta a lo que a mí y a mis padres se refiere, también se ha visto implicada en ello, su hija mayor, a la cual golpea muchas veces sin compasión y la trata, casi, como si fuese su personal doméstico. Te imaginaras, entonces, como es la actitud de mi madre al respecto. Ella, cada vez que pudo, ha salido en su defensa y se ha visto implicada en terribles discusiones llenas de gritos e insultos.

Te diré que mis padres se encargaron de la crianza de la niña (mi sobrina) en los primeros años de vida. Esa fue la primera vez, en muchos años, que mi padre se comportó como tal con alguien. Es una lástima que no hubiese sido conmigo, pero para esas alturas ya estaba acostumbrado.

Luego de que papá se fuera de la casa, denuncia de violencia domestica de por medio, la niña siguió esperando por él, a que la rescatara del infierno en el que su propia madre la sumergió. Un infierno de golpes y abandono emocional. Se transformó en una maleducada, que está a la defensiva todo el tiempo. Otro motivo de peleas para hermana y mi madre, quien padece de una imposibilidad de mantenerse únicamente en sus asuntos.

¿Comprendes por qué me he ido de esa casa?

Me gusta el silencio.

Día 83

Querido amigo.

Hoy he tenido una reunión con los pocos amigos que me quedan del secundario. Sí, aun mantengo contacto con alguno de ellos.

Quería decirte, que entre esas personas hay una muchacha, con quien teníamos una amistad muy fuerte, hasta que yo lo arruiné todo. No es que en estos momentos no sigamos siendo amigos, ella, puede decirse, me perdonó. Aunque, por momentos, me pregunto si realmente lo hizo.

Te contaré, muy por encima la situación. La verdad, nunca he sido muy amigo de los detalles innecesarios. Resulta, que ella tenía un novio, con el que yo me llevaba muy bien, hasta el punto de decir que éramos amigos, aunque, en parte, él me gustaba... un poco.

Ella se peleó con él, por una tontería y yo, seguí visitándolo, bajo la promesa de que le diría a ella, si él estaba saliendo con alguien. Sin embargo, llegado el momento, no se lo dije. Él se había acostado con una amiga de ella.

No recuerdo en qué momento se descubrió la mentira ni de qué forma. Solo sé que me llovieron los reproches. Mi amiga tenía razón. Había llorado en el hombro de esa muchacha sin saber de su traición y yo, había permanecido callado.

Callé, porque no quería perderlo. No es que hubiese estado enamorado ni nada por el estilo. En parte, su compañía me agradaba... hasta el punto de ignorar que una noche estando muy ebrio trató de besarme. Sin embargo, también callé porque no quería herirla. Me hacía daño el tener esa información que pudiera dañarla. ¿Fui egoísta, amigo?

Luego, pedí disculpas y le dije a ella que ambos eran mis amigos. Vil mentira, nunca lo consideré a él como tal.

Al poco tiempo, ellos regresaron pero duraron muy poco. A él no lo volví a ver, a pesar de que muchas veces me había dicho que estaba muy agradecido por haber estado en las malas a su lado. Aparentemente, él tampoco me veía como amigo.

En fin, me siento culpable por ese hecho. Debí haber actuado de otra forma. Pero el pasado es algo que ya está hecho y no lo podemos modificar. Es en vano vivir lamentándose.

Me gustaría saber qué piensas al respecto. Hay veces, que quiero preguntarte tantas cosas.

"Querido amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora