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Día 210

Querido amigo

A veces pienso en que, quizás, al leer este diario te enojes conmigo por mi exagerada autocompasión. Dirás que soy un tonto, querido amigo, que hay gente que la ha pasado peor y sigue adelante en la vida, que por lo menos tengo un techo sobre mi cabeza, que ahora tengo trabajo. Quizás, tendrás muchos argumentos para aborrecerme a mí y a mi injustificada tristeza, a mi egoísmo, y tendrás razón, pero, en realidad, el dolor de los demás es ajeno. Lo único que tienes, es el tuyo propio.

De igual manera, querido amigo, puede que no me creas, - no me importa, después de todo, el cómo me juzgues no generará un negativo o positivo cambio en mi rutina- pero el pensar en el dolor de la gente me lo causa también, es por ello que prefiero ignorarlo. Demasiado tengo con mi tristeza, con mi depresión...

El dolor no dura para siempre, los momentos alegres tampoco. La vida es así, turbulenta. Pero ahora es lo único que tenemos ¿no?

Día 219

Querido amigo.

He estado varios días sin escribirte, lo sé. Ha sido una semana complicada y me he encontrado desganado, pero, más que eso, triste. Llega un momento en que la soledad comienza a pesar; en que la carencia de sentido de cada una de tus acciones, comienza a molestar. En esos instantes, pierdo los deseos de realizar cualquier cosa, si, incluso pierdo los deseos de escribirte, mi amigo.

No he vuelto a ver a Lucio y no puedo evitar preguntarme si he hecho lo correcto. ¿Cuándo aparecerá alguien más en mi vida?

Quisiera llorar, pero no por el hecho de Lucio. El haber perdido mi oportunidad con él, no es algo que signifique mucho para mí, porque no sé del todo, si ha sido un gran error o si ha sido lo mejor que podría haberme pasado. Quiero llorar por mi vida, por cómo me siento dentro de ella, por lo perdido que estoy. Tú comprendes, no es un tema nuevo para ti.
Estoy cansado de sentirme así ¿Cómo hago, querido amigo, para ser feliz? Esa es la pregunta que tantos nos hacemos y que no tiene respuesta ¿Cierto?... o ¿La tiene?

Día 224

Querido amigo.

Estoy cansado. Perdóname por ello, por ser así todo el tiempo, por nunca estar de ánimos. Perdóname si mi compañía te resulta extenuante muchas veces, si odias esto, el que nunca esté de humor, el que nunca te cuente cosas lindas. Perdóname, por pedirte perdón por estar tan triste.

Una vez, me dijeron que las energías con las que uno se maneja, son las que hacen que cosas buenas o malas sucedan. Créeme, querido amigo, que eso no es cierto. Lo he intentado, el ser optimista, el estar bien y nada bueno ha ocurrido.

Mi madre tenía que cobrar un dinero por la muerte de mi padre. Luego de luchar porque no querían dárselo (Incluso, de pasar meses sin cobrar el beneficio que ella tenía porque se lo habían quitado) le dijeron que le pagarían. Hizo planes, supuestamente, iban a darle una cantidad que le permitiera realizar algunas cosas, incluso, prometió ayudarme con la casa. Sin embargo, como las cosas buenas no suceden, lo que le dieron distaba mucho de lo que le habían dicho en un principio. Le explicaron la situación, le dijeron tantas cosas, que se le quitaron las ganas de intentarlo nuevamente.

Yo, por mi parte, detesto eso de mí y, quizás, tú también lo piensas, el hecho de que espero que la vida se arregle desde una posición demasiado cómoda. Si tan solo supiera que debo hacer, si tan solo me sintiera con ánimos para continuar.Todo sería diferente.

Día 227

Querido amigo.

En estos días, he estado un poco mejor. Me he puesto a leer las cosas que te he escrito y pienso, que alguien más ha estado metido en mi cuerpo. Lamento si he sido demasiado deprimente.

Tengo miedo que este nuevo estado de ánimo se me vaya pronto. Es extraño encontrarme a mí mismo deseando hacer cosas nuevas. Quiero escribir un par de historias.

No sé si buscarme una editorial. El asunto de publicar un libro se me hace bastante engorroso y sé que me desilusionaría bastante el hecho de que nadie lo compre (Tengo los pies en la tierra, amigo, sé que el principio siempre cuesta) además, considero que no estoy a la altura de muchos escritores. Sin embargo, estoy contento. He estado leyendo algo que escribí hace unos años y me di cuenta de que he mejorado, supongo, que, si sigo intentándolo, en algún momento llegaré a un punto aceptable.

Quiero dejarle algo al mundo. Que mi nombre e identidad no se pierdan entre tantos otros. No quiero pasar sin haber dejado huella, al menos, muchas veces he pensado de esa forma; ahora no lo sé, no sé si realmente me importa ese detalle. En fin, veré de publicar algo en internet, todavía tengo que pensar bien de que se tratará mi historia.
¿No se te hace interesante? Quizás, algún día, entre tantas páginas webs que hay por ahí, entre tantas cosas que puedes encontrar en el vastísimo mundo virtual, leas una historia de un autor desconocido (por lo menos, porque no has estado nunca frente a él) que parezca hablarte al oído y no comprendas del todo las sensaciones que en ti produce, esa especie de conexión extraña que te envolverá en el misterio de desentrañarlas. Quizás, ames las letras que el con tanta dedicación colocó una al lado de otra y sin saber, que se trata de mí, hayas conseguido convertirte, un poco más, en mi querido amigo.

Estoy divagando, lo sé, pero me gusta. Hacía mucho que algo no me gustaba tanto.

"Querido amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora