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Día 165

Querido amigo.

Suelo reprimir mucho mi mal carácter, es por ello que muchas veces mis reacciones son lentas. Supongo, que en parte, cuando trabajas para la atención al público como yo, eso es bueno.

El hombre que me había ayudado con lo de los vidrios regresó al bar, junto a una mujer muy hermosa. Hasta ahí, el asunto marchaba bien, sin embargo, él se tomó la libertad de bromear con el hecho de mi incapacidad para hacer bien mi trabajo. Por suerte, al principio, no comprendí las bromas y me limité a sonreír, sin embargo, poco duró ese hecho y me sentí iracundo. Supongo que mi expresión no fue la mejor al llevarles la cuenta, porque el hombre aprovechó cuando la mujer se hubo retirado al baño, para pedirme disculpas. Por supuesto, le dije que comprendía su necesidad de rebajar a las demás personas para demostrarse como un todo un "macho alfa" frente a una mujer (Créeme que aquí suena burdo, pero fui lo más sutil que pude) y él se limitó a sonreír. Idiota.

En fin, el altercado no ha sido tan malo, después de todo, la propina valió la pena.

Día 172

Querido amigo.

Anoche Esteban, se le declaró a David. ¿Puedes creerlo? Llevaban más de diez años enamorados el uno del otro y de repente, por unas simples palabras, sus vidas cambian para siempre.

David estaba tan emocionado, tan feliz, que me contó todos los detalles. Se habían juntado a evaluar los ingresos del mes y planificar algunas cosas para el bar. Hasta ahí, todo bien. Tomaron un poco y comieron algo juntos. David cocinó, por supuesto. Luego hablaron de sus vidas, de los deseos de formar una pareja, de lo que les gustaría que su persona ideal tuviese y de repente, charla va, charla viene, acortaron la distancia entre ellos y se besaron ¡Así, de la nada!

David estaba aterrado. Deseaba huir, tenía miedo de que aquello fuese algo insignificante para Esteban, sin embargo, él no le dejó marcharse y le confesó todo, le dijo que lo amaba, que llevaba años enamorado y bueno, el resto es algo reservado para sus protagonistas.

¿Para qué mentirte amigo y decirte que no siento una espinilla de envidia clavándose en mi estómago? Sin embargo, no es que esté enojado ni que desee que les vaya mal ¡Por supuesto que no! Es hermoso lo que les está pasando. La felicidad en el rostro de ambos, en cada una de sus acciones... las caricias anheladas después de lo que les debe haber parecido una espera eterna.

Luego del shock inicial, no puedo evitar más que sentirme contento por ellos.

Día 175

Querido amigo.

Hoy regresó el cliente al que le gusta hacerse el "graciosito" conmigo. Esto ya va dejando de ser novedad, puesto que esta semana se ha aparecido, por lo menos, 5 veces seguidas en diferentes días.

Me pregunto si trabajará en el tribunal cerca de allí. Siempre que lo he visto lleva puestos trajes caros y carpetas con muchos papeles dentro de ellas. Aparentemente, le gusta nuestro bar. Mientras siga yendo acompañado por distintas personas, supongo que es bueno. Es como publicidad gratuita. Además, a pesar de mi cada vez más evidente incapacidad para sonreírle, me deja buenas propinas, así que no puedo quejarme. Sumado a eso, el hombre no es feo.

No diremos que es una de las maravillas del mundo, pero por lo menos para entretener la vista está bien. Debe de tener mi edad. Es bastante más alto que yo –bastante- y también se está quedando calvo -Punto en contra- solo que a él se le nota un poco más, porque sus cabellos rubios son muy claros. Me pregunto si esa es la razón por la cual se está dejando la barba, digo, para compensar el hecho de que el cabello está comenzando a faltarle en la cabeza. En fin, tiene labios finos y los ojos marrones, sin embargo, hay una expresión en su rostro, como si fuese un perrito mojado en la lluvia, que me da bastante gracia. Creo que utilizaré eso para sonreírle...

Espero que las bromitas idiotas se acaben.

¿O yo soy muy intolerante o él se está pasando de la raya?

Esta vez, se puso a hacer notar mi incapacidad para sostener la maldita taza ¡Exagerado! Se hizo hacia atrás en su asiento y me dijo que tuviese cuidado, que su traje no combinaba con el café. A la próxima y le pediré a David o a Esteban que lo atienda alguno de ellos.

¡Si no fuese por las propinas!

Mi día no ha producido reflexiones profundas. ¿No?

Dia 178

Querido amigo.

Hoy el padre de una amiga, me felicitó por haber conseguido trabajo. Palmeó mi hombro y me sentí incómodo y necesitado de que mi padre estuviese allí, en su lugar. A pesar de ello, sé que mi padre no hubiese hecho lo mismo, él no se sentía orgulloso de mi o si alguna vez fue así, jamás me lo demostró. De igual manera, siento que me hace falta.

Sigo pensando en la muerte, tratando de hacerme a la idea de que no volveré a verlo jamás, no importa cuanto lo desee, no importa lo que haga. Su voz, su risa, su forma de ser,  tan él, todo, permanecerá en mis recuerdos. ¿Eso es lo único que queda de nosotros al pasar por el mundo?
Después de la muerte, estamos vivos en la memoria de la gente que pasó por nuestras vidas.

Extraño a mi padre, querido amigo, pero es un extrañar diferente a saberlo por ahí, en algún rincón del mundo. Lo extrañaba, aun, al estar frente a él en su velorio. Extrañaba eso que nunca tuvimos, lo que nos faltaba por tener... extrañaba el saberlo por ahí, el saber que si yo le mandaba un mensaje, me contestaría. ¡Dios! Me he dado cuenta de lo frágiles que somos, de lo efímeros, pero aún me falta por comprender el que él haya llegado al final del camino y el que yo, algún día, también lo haré.

La muerte quiere volverse algo real para mi consciencia, sin embargo, ella lucha para devolverla a ese rincón de sensaciones místicas en donde la dejé siempre.

"Querido amigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora