Estaban ahí.
Frente a sus ojos, aquellos que una vez fueron angeles se tornaban en demonios. Tal vez siempre fueron así, sólo que ella estaba demasiado ciega para notarlo.
Lucy, la reina de Narnia, la poderosa guerrera ahora parecía sólo una niña atada a un árbol con el cabello enmarañado y el vestido roto. Contempló con odio el brillo de los ojos de Caspian al mirar a Jadis, hasta en su más mínima expresión daba a demostrar su sed de poder y ambición.
—¡Si creen que voy a ser parte de eso, están muy equivocados!. ¡Yo no soy una traidora como ustedes!—gritó Lucy desesperada.
La mirada fría de Jadis recorrió desde la mirada de la reina hasta el cetro, que alguna vez fue suyo, clavado en el centro del círculo de hechicería. Estaba segura de que algún día ella volvería a sostener aquel cetro y terminar la misión que empezó. Conquistar Narnia.
—¡Cállate!—le gritó Caspian con odio, hace ya varias lunas atrás que deseaba hacer ello y sin obtener ningún reclamo—. Haremos esto de todas formas, tu sangre muy pronto estará recorriendo las venas de la Bruja Blanca, rescatándola de su prisión eterna.
—¿Pero porqué a mí?—exigió saber Lucy.
—Porque se necesita la sangre de un corazón puro y noble querida—explicó Jadis con una sonrisa—. Y me temo que ninguno de tus hermanos cuenta con ese privilegio—miró directamente a Peter—. ¿Cierto Peter?.
El sumo monarca agachaba la mirada entre la capucha de la capa y con la postura encorvada como un perro al cual se le regaña, se convencía a sí mismo de que hacía lo correcto sin importar a quien perjudicara.
—¡Es momento Peter!—Caspian parecía un verdadero loco que deambulaba suelto en plena noche de luna llena—. Necesitamos la sangre.
La mirada de Caspian parecía salirse de sus cuencas en cambio la de Peter era decaída. El gran rey de Narnia estaba ahí, entre la traición y la lealtad, a punto de cruzar una frontera cuyos caminos nunca te permiten regresar. Caspian le extendió la daga que traía en su cinturón, lista para reclamar la sangre de la reina. Por un memento lo dudó, con las manos temblorosas y sudorosas se quedó a unos centímetros de tomar la daga.
Ese era el momento, el momento perfecto para huir, podía en un sólo movimiento tumbar a Caspian romper el ritual y salvar a Lucy, sabía que si podía lograrlo, pero estaba ahí con más miedos que esperanzas, fue entonces cuando miró a Caspian.
Todo cobró de nuevo sentido y sobre todo recordó el verdadero porqué del que estaba ahí.
Aquel hombre que tenía de frente no era un rey y jamás lo llegaría a ser, y menos ahora que había perdido el juicio, con mayor razón era una pieza fácil de tumbar en el tablero, sin embargo estaban también sus hermanos, Edmund, Susan y Lucy, sin poder negarlo sabía que eran piezas fuertes, de oro macizo, y si ansiaba retomar el trono de Narnia sabía que sólo Aslan lo ayudaría si lo hiciera al lado de sus hermanos, lo que significaría compartir de nuevo el trono que él sabía que solo a él le pertenecía.
Y sabía bien que la principal debilidad de sus hermanos tenía nombre y apellido, Jadis, la Bruja Blanca. El tenerla a su lado no sólo significaba la victoria asegurada contra Carlomen sino también el dominio de sus hermanos y la muerte de los hijos de Astan.
Si, tal vez el precio de una traición era más grande pero no importaba, Peter estaba dispuesto a correr ese y muchos más riesgos.
El sumo monarca tomó la espada y caminó con paso decidido hacia su víctima, la reina que alguna vez fue su pequeña hermana.
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𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂
Fanfiction"𝑬𝒍 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒏𝒆𝒎𝒊𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒅𝒂𝒈𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒍𝒅𝒂, 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒖𝒚𝒐 𝒔𝒐𝒔𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂" Una profecía. Una espada de cristal. Cuatro nuevo...