𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂

Capítulo 57. La última batalla.

Y desde la primera vez que la tomó fue justo así como se sintió. Con la mirada puesta en sus dos oscuras lunas y sus labios temblando deseosos de pronunciar su nombre.

La noche era tan bella como el destellar de cientos de estrellas, y el lago reflejaba en su baile contra el viento, el cuarto menguante de la luna, creando una melodía digna de bailar y de contemplar.

—Creí que jamás te volvería a sentir así—dijo el rey Edmund abrazándola y aunque sus labios estuviesen tan lejos de su piel, sus ojos vaya que la estaban besando y acariciando por completo.

—Ahora es justo el momento en que realmente siento que vuelvo a vivir—Alison estaba perdida entre el camino de las pecas del rostro del rey, ese camino que ella seguiría fielmente hasta el final.

Las lagrimas de felicidad, amor se mezclaban con el agridulce sabor de haber estado tan cerca de haberse perdido.
Su dolor y pasión se combinó en un profundo beso, que por mas largo que duró no terminaría de marcar el tic tac de su corazón, aún tenían el resto de la vida y el resto de los mundos para seguirse amando.

En ese beso Edmund Pevensie le devolvió la vida y la respiración, recordándole a cada centímetro de su alma y de su ser lo que era estar con vida, lo que era sentir su piel contra la suya, sus manos deslizándose y sus labios rozando los suyos, estar viva era maravilloso.

—Te amo Edmund Pevensie, ¿o debería decir rey de Narnia?—sonrió Alison al recordar que él ya era también dueño de la espada.

Edmund sonrió de oreja a oreja, e inclusive sonrojado.

—Y yo la amo a usted Alison O'Brien reina de Narnia. Creo que el destino quería que esto sucediera, tú y yo, una hija de Astan y un hijo de Aslan, gobernando juntos el trono de Narnia.

—Si Aslan y Astan nos bendicen tras el triunfo de la última batalla así será.

—No importa que pase Alison, si ganamos esta guerra o partimos a la Nación de Aslan, yo me declaro ante todos los reinos, el vencedor porque fue por momentos como estos que volvería a cruzar cada batalla de mi vida todo por volver a llegar a este preciso instante donde puedo mirarte a los ojos y decirte que te amo—sus ojos por mas oscuros que fuesen jamas habían destellado tanto como ese preciso momento—, no necesito ganar mil guerras, o curarme de mil heridas, lo único que pido fue es este momento, y creo que estoy pensando en voz alta, sin filtro alguno pero—Edmund rió nervioso—. He pensando en como esta vida nos ha sorprendido, y al parecer se empeña en separarnos, pero esta vez quiero ser yo quien sorprenda a la vida.

Alison no comprendía porque el evidente cambio de actitud del rey, solo notó que caminaba en círculos, agarrándose el cuello, incluso detectó una que otra gota de sudor en su frente. ¿Qué le sucedía?.

Edmund la vio, estaba tan... Perfecta. No había más palabras que buscar sin embargo vaya que había más palabras por decir...

—Tengo fe en lo que veo Alison, y no importa que pase yo siempre tendré fe en lo que veo, en el ver de mi destino en tus ojos—le tomó las manos, estaba temblando—. Al verte la primera vez nunca imaginé que serías tu a quien quiero ver hasta el último latido de mi vida. Al ver tus labios por primera vez nunca imaginé que se convertirían en mi mayor adicción, cuando vi tus ojos nunca imaginé eras ese alguien que mis ojos estaban esperando por contemplar. Cuando vi tu cuerpo por primera vez no imaginé el cuanto me gustaría verlo vestido de blanco—Edmund reprimió el llanto de su corazón—. Y cuando vi tus brazos nunca imaginé que cuanto deseo que sean esos brazos que carguen a nuestros hijos.

—Edmund—pronunció Alison nerviosa y ansiosa de ver la ruta a la que el joven rey se estaba conduciendo.

—Alison O'Brien—Edmund se arrodillo sobre el pasto verde sin soltar la mano de ella—. Encontré a la mujer ideal, no a solo una guerrera con la cual enfrentarme a cualquier reto de la vida, sino encontré a una hechicera que hechice mi pasión y mi deseo todos los días, y a una reina que pueda cuidar y gobernar a mi corazón por el resto de mi vida. Y es por eso que: ¿Aceptarías ser mi esposa?.