Capítulo 33. La Espada De Cristal

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Mientras la batalla contra Carlomen tomaba su lugar, los hijos de Astan sintieron la mirada profunda de alguien, quien los espiaba desde los matorrales.

—¿Escucharon eso?—preguntó Dylan.

De repente Thomas salió entre los matorrales. Los muchachos exclamaron al verlo y corrieron abrazarlo. De nuevo los hijos de Astan se habían reunido.

Al momento los muchachos se pusieron con las noticias del momento, hasta ese momento se había establecido seguir huyendo hacia las montañas hasta que el sonido de una trompeta los interrumpió.

Los cuatro jóvenes voltearon hacia el lugar donde provenía el ruido, de nuevo era el paisaje a lo lejos de la batalla de Narnia con Carlomen. Todo era muerte en aquel lugar, no importase que tan lejos estuvieran para poder notarlo.

—Necesitan ayuda—dijo Thomas—. Ayer estaba cerca de la frontera que colinda con el bosque y los campos del castillo, eran filas y filas de soldados carlomenos. Perderán la batalla.

—¿Tal vez haya algo que podamos hacer para ayudar?—se preguntó Kaya en voz alta.

—Yo no ayudaré a Caspian y a esos reyes malditos—dijo Dylan—. Nos mandaron a matar. Además no podemos hacer nada.

—Claro que podemos hacer algo—tomó la palabra Alison.

—¿Bromeas Alison?. ¿Qué no acaso fue el mismo rey Edmund quien dio la orden de apresarte?—le recalcó su hermano.

—No haremos esto por ellos, lo haremos por Narnia—determinó Alison—. Jamás olvidaré aquellas miradas que me dedicaron cuando subí a esa tarima a enfrentar a su rey, no eran miradas de miedo ni de odio, eran miradas de admiración, de agradecimiento y sobre todo, miradas de esperanza.

Los muchachos permanecieron en silencio, reflexionando las palabras de la chica. Algo había en sus palabras que tenían la fuerza para mover montañas y hasta de convencer al mayor escéptico.

—¿Qué sugieres que hagamos?—preguntó Thomas.

Sin dudarlo la valiente chica respondió...

—Busquemos a Astan.

Los cuatro hijos de Astan tomaron el rumbo colina abajo, recreando al bosque de Beruna, donde cada uno tomó su propio rumbo.

Los cuatro hijos de Astan tomaron el rumbo colina abajo, recreando al bosque de Beruna, donde cada uno tomó su propio rumbo

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Llevaba tanto tiempo caminando que había perdido el sentido del tiempo y el espacio. Sentía que estaba a punto de desmayarse cuando fue el momento en el que lo escuchó.

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora