𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂

Capítulo 51. Bodas de sangre Parte II

Los ojos de Alison se llenaron de lagrimas de amor, pero el degustar de las palabras del hombre que amaba le duraron poco pues Peter estaba furioso. Como un relámpago su rostro se transformó, creando cientos de arrugas que enmarcaba su ceño fruncido, era el rostro de un hombre desesperado. Viendo como todas las piezas de su rompecabezas se caían en un barranco sin fondo.

-¡MÁTENLO!-rugió Peter, sus palabras brotaron con salva de odio y rencor.

-¿Hasta dónde vas a llegar Peter?-Lucy dio un paso al frente-. Eras el rey de reyes de los cielos, y ahora eres el cobarde de los infiernos, siempre creí que eras como Aslan te llamaba "El Magnífico", creí que acabarías con todos tus enemigos, pero nunca imaginé que nosotros seríamos esos enemigos-aunque odiará admitirlo, Peter sentía una admiración por el crecimiento de su pequeña hermana, pero no estaba en tiempo para tocarse el corazón-. Esta es tu ultima oportunidad para cambiarlo todo.

Todos los presentes miraron al sumo monarca, el cual lucía con un perro que tiraba de su correa. Algo dentro de cada hermano Pevensie seguía ahí aferrándose a la posibilidad de que dentro del corazón de su hermano aun existiese la lealtad y el amor del león que una vez lo coronó rey, pero estaban muy equivocados...

-Tú lo has dicho, son mis enemigos, ¡ACABEN CON ELLOS!.

De un instante al otro el mundo se pintó de rojo, soldados de la corte de Aslan sacaban sus espadas y libraban duelos contra la corte de Astan, Edmund y Logan encabezaban el grupo, Kaya se hacia de toda su valentía para enfrentarse a tres hombres a la vez. Peter giró hacia Alison, llevaba el rostro rojo y los ojos salidos de sus cuencas, era una bestia sedienta de poder, y no existía otro deseo en su ser que no fuese hundir sus garras en la garganta de la joven reina.

-¡Alison!-Lucy lanzó por los aires la espada de cristal.

La poderosa arma surcó los cielos, y de un perfecto movimiento los dedos de Alison la atraparon.

-Quieres ser el rey, ¿cierto?-de un tirón Alison se quitó el velo de novia, enseñando los dientes cual fiera-. Pues serás el rey del infierno. ¡BASTARDO!.

El cristal se transformó en metal. La joven reina lanzó una tajada justo hacia el corazón del sumo monarca, pero Peter logró esquivarla, tirándose al suelo. Alison jamás se había sentido tan humillada como ese maldito que se arrastraba como gusano, la había hecho sentir, la muchacha estaba dispuesta a todo por acabar con él. A todo.

Peter finalmente logró desfundar su espada, de una vuelta se puso de pie y entonces la lucha de titanes se dio a lugar, Alison "La Brillante'' y Peter "El Magnífico" estaban luchando a muerte. Las hojas de sus espadas desprendía brillos mortales, la muerte se sentía en sus miradas y sus movimiento fuertes y tenaces enmarcaban una venganza que solo el diablo conocía.

En medio del caos Susan contenía su agitada respiración clavando las uñas en la madera de su arco, su mirada pasó de Logan quien acababa de matar a un soldado a Lucy quien saltaba en el aire para cortarle el cuello a un hombre de largas barbas, y Edmund daba piruetas, saltando sobre muebles y escalones del lugar para sestar las mejores tajadas. Luchaban como verdaderos soldados del ejercito de Aslan pero estaban en terreno del enemigo, les llevaban una fuerte ventaja. Deseaba unirse a ellos pero su papel era el de la espía no el de la soldado, sin embargo su ansiosa mirada siguió vagando por el lugar hasta llegar al rostro sudado de Alison quien lanzaba un grito de guerra, su espada había logrado hacerle un cortada en la mejilla de Peter, no era muy largo pero si profunda, el rostro de su hermano parecía una cascada de sangre. Las miradas de las reinas se cruzaron, Alison pudo sentir perfectamente la incontinencia de Susan pero sabia bien que esa no sería la última batalla que librarían, era mas inteligente tenerla como espía, por lo que Alison negó con la cabeza y Susan asintió sabiendo cual era su lugar, jurando para sus adentros que esa mismo ímpetu de lucha pronto lo sacudiría en el campo de batalla, hombro a hombro con sus hermanos.