Edmund Pevensie había tenido un sueño en donde tenía todo lo que siempre quiso; una sonrisa de la reina de su corazón y la sonrisa del pueblo que lo vio ser rey, soñó con eso pero su error fue el pensar en que se haría realidad.
El rey entró en el palacio de la Corte de Astan, y conforme avanzaba todas las sonrisas y las rosas se marchitaban, pues no venía solo; entre brazos carga el cuerpo fallecido de su amada reina de Narnia.
Tuvo un sueño donde esa cara de ángel que miraba le decía "Te amo", pero en la vida real no lo haría pues sus ojos estaban cerrados para nunca más volverse abrir. Juró que mientras él viviera nada ni nadie le haría daño, sin embargo ella se había marchado llevándose la promesa a la tumba.
Ese día la corte entera levantó el estandarte negro, su reina había muerto.
Edmund se vio obligado a dejarla descansar, recostándola sobre una extensa mesa de piedra, con suma delicadeza la soltó como si estuviese despierta y no deseara despertarla.
Logan y Lucy llegaron hasta él mientras el resto de soldados presentes le dedicaban la última reverencia a su reina.
El dolor quebró su corazón de cristal del rey, tirándolo al suelo. Lucy corrió a sostener entre sus barzos a su hermano quien temblando se aferraba a ella, negando con la cabeza convenciendo a su mente de piedra la realidad que su alma vivía.
Todo lo que Edmund quería era un lugar donde esconderse del mundo, y donde la hallara a ella, necesitaba ese ropero mágico que le abriera las puertas de nuevo a ese mundo mágico que sólo ella le había hecho sentir.
Tras minutos donde el único sonido que interrumpía al silencio era el llanto, Edmund le dio un beso en la frente a su hermana menor para después levantarse, con el llanto quemándole las mejillas y los pedazos de tristeza contándole hasta el hueso, el rey hizo de todas sus fuerzas para ponerse de pie.
—Que el reino entero sepa que la reina ha muerto, pero que ella sigue latiendo en nuestros corazones, porque como ella nos enseñó que todos podemos ser reyes y guerreros, pues no se necesita poder, armadura o espada alguna para defender nuestra liberta, basta con utilizar nuestras palabras—habló Edmund haciendo el mejor intento por no llorar—. La mujer que yace aquí ha sido la reina que convirtió a toda una nación en guerreros haciendo lo que nadie nunca más ha hecho; nos dio esperanza. Y esa esperanza es la que debe reinar en nuestro corazón como ella lo hizo cuando la condenaron a morir, lucharemos esta última guerra en su honor, pelearemos con valentía como ella cuando enfrentó a Caspian sin levantar espada alguna, venceremos con fuerza como ella lo hizo cuando venció las estrategias de Peter teniéndolo todo en contra. Hoy triunfarémos, Astan y Aslan nos bendicen, y hoy ha nacido un nuevo angel que nos guía. ¡POR NARNIA!.
—¡POR NARNIA!—resonó con fuerza el castillo entero, aún después de muerta Alison O'Brien hacia latir el corazón de su pueblo.
El tiempo pasó y Edmund no se percató cuando todo el mundo se dispersó dejándolo a solas con ella...
Los recuerdos; su sonrisa, sus brillantes ojos. Aquella vez que la vio por primera vez, sin saber levantar la espada, y quien diría que llegaría a levantar no solo la espada más poderosa de todos los tiempos sino levantar a un reino entero.
El rey había dado el discurso hacia el resto del mundo pero aún faltaba un discurso más...
—Tal vez crees que esto termina aquí-se dirigió hacia ella con una sonrisa entre lagrimas—. Pues te equivocas, porque tal vez partiste primero pero eso no signifique que no vaya a alcanzarte. Me faltó darte demasiado amor, si hubiera sido menos orgulloso tal vez hubiera logrado darte un poco más, pero lo único que me mantiene en pie es saber que en otra vida estarás ahí, para seguirte amando, y cruzaré las vidas que tenga que cruzar hasta hallarte, en este y en todos los mundos mi alma siempre te buscará, pues mi corazón ese te lo llevas hoy contigo, en realidad siempre fue tuyo—Edmund le tomó su fría mano—. Eres tan bella que aún después de haberte ido luces como una reina. Quiero llorar hasta que mis labios vuelvan a sentir tus besos, y mis manos tu tacto, quiero gritar hasta que vuelva a escuchar tu voz y sentir tu mirada, debía de haber sido yo y no tú. Quiero irme contigo Alison, pero se lo que me dirías-dijo sonriendo como si ella lo mirara de nuevo-. Que Narnia me necesita, y es por eso que seguiré, en esta última batalla: por ti. Y te prometo vencer. Solo te pido que hallá donde estés, me esperes, porque tengo que darte todo el amor que ni en mil vidas se va acabar.
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𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂
Fanfiction"𝑬𝒍 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒏𝒆𝒎𝒊𝒈𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒅𝒂𝒈𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒍𝒅𝒂, 𝒏𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒅𝒆𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒕𝒖𝒚𝒐 𝒔𝒐𝒔𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂" Una profecía. Una espada de cristal. Cuatro nuevo...