Capítulo 34. El dolor de la verdad

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Aquello fue como el sonido del canto de un cuervo, resonante y con aura de muerte. El poder, un elemento lleno de ambición, a unos les sienta como anillo al dedo, ¿acaso Alison era digna de ese poder?.

—Imposible—vociferó Caspian sin poder creer que uno de sus mayores miedos se plasmaba frente a él.

La Espada De Cristal había reclamado a su nuevo dueño. El rey en el trono caía como un soldado más, de nuevo el reinado de Caspian había sido reclamado por alguien más, tal vez aquello sólo era otra señal de que jamás debió de haber gobernado.

Un nuevo silencio gobernó el lugar, el gran rey de las tinieblas y su hija recolectaban las miradas de todos los presentes. Astan rugió, abriendo sus enormes y majestuosas fauces causando un estallido de neblina y nieve, la cual se apoderó de todo el entorno, aquellos vientos hicieron desaparecer todo rastro y huella de aquella guerra entre Carlomen y Narnia, ninguna gota de sangre ni ningún cadáver yacía en el firme campo de guerra. Al terminar la tormenta Astan desapareció junto con ella, dejando a solas a los soldados y reyes de Narnia.

La mirada de Edmund chocó con la de Alison, en ese momento supo que ya ninguno de los dos volvería a ser el mismo.

El castillo de Beruna estaba por transformar sus antiguos y majestuosos muros por largos y oscuros pasillos de guerra y traición

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El castillo de Beruna estaba por transformar sus antiguos y majestuosos muros por largos y oscuros pasillos de guerra y traición. Pues ahora los reyes y reinas de Narnia se enfrentarían al peor de los enemigos. La ambición.

Ya habían pasado un par de horas después de la batalla, horas que aprovecharon para curar sus heridas y cerrar acuerdos con Carlomen, sin embargo era necesario y él mejor que nadie lo sabía. Caspian llamó a junta en el salón principal del trono, sentado desde el trono de metal, el rey de Narnia observaba a los que antes eran sus amigos convertirse en sus enemigos.

—¿Para que nos llamaste?—preguntó Edmund.

—Los hijos de Astan aún no han llegado, no diré palabra alguna a lo menos que sus almas estén presentes—Caspian trataba de permanecer cuerdo, pues la rabia y ansiedad por saber cómo terminaría todo aquello lo estaba llevando al borde de la locura, sin embargo sabía que debía optar por fingir seguridad, aquel trono era suyo y lo defendería sin importar a quien mataría en el proceso.

—¿La batalla ah acabado que es lo que quieres ahora Caspian?—preguntó Susan harta de aquel silencio y espera por parte de todos.

—No diré nada, eh dicho ya—determinó Caspian—. Además me temo mi querida Susan, que la verdadera guerra apenas está por comenzar.

Y vaya que el rey de Narnia tenía razón...

En eso las puertas del lugar se abrieron comandadas por el viento, aquello sólo fue un impulso del poder de Kaya, el cual al igual que el de los demás, apenas comenzaba a florecer.

Alison entró en el lugar, liderando al grupo de los hijos de Astan, quienes entraron a escena justo detrás y a los lados de ella.

Peter sintió un golpe en su orgullo al ver cómo entraba como si fuera una reina más de Narnia. Ni el dolor de la mano que había perdido aquella mañana era mayor al dolor a causa de se ego.

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora