Capítulo 40. Espías

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Edmund levantó la mirada, jamás había sentido un filo tan poderoso y sangriento como el que en ese momento se le clavaba en el corazón, ellos seguían ahí pero no por mucho...

—Basta—Alison fue la primera en separarse mientras Thomas seguía aferrándose a la oportunidad de un segundo beso.

—¿Qué sucede?—se cuestionó el muchacho.

—Esto... Esto...

Alison se llevó las manos a la cabeza y ese momento fue cuando Edmund se pegó a un costado de la pared de la entrada de la alcoba para no ser descubierto por ellos.

—Alison yo... Yo estoy enamorado de ti—confesó Thomas—. Desde aquel día que me regalaste esa manzana en el crucero, tu bondad, ese espíritu que tienes hizo que hoy esté aquí confesándote mis sentimientos. Yo quiero que estes conmigo, hoy, al salvarte la vida supe que estaba dispuesto a arriesgar mi propia vida con tal de salvar la tuya.


Alison sentía cómo si unas aguas profundas y oscuras comenzaran a surgir poco a poco amenazando con un día ahogarla.

—Debo de retirarme Thomas—dijo Alison queriendo escapar de aquella situación.

—Espera—el muchacho la tomó de la mano para interrumpir su huida—. Dame una oportunidad.

Los ojos del muchacho eran engañosos, así como podía estar suplicando también podrían estar exigiendo. Alison no sabía que hacer, dentro de ella sentía la presión de querer corresponder a Thomas y de poder valorar lo que había hecho por ella y sobre todo pagar aquella deuda de vida que tenía ya con él, por lo que las palabras brotaron de sus labios de forma lenta pero sin mezcla de emoción alguna.

—Si, Thomas. Debo de irme—lo había dicho y con ello había firmado su condena.

Alison salió de la habitación y sin mirar a Thomas continuó con su marcha. Edmund logró ocultarse entre la oscuridad del pasillo por lo que la joven no se percató de su presencia.

Edmund al verla cruzando el pasillo supo que no estaba feliz, al contrario de lo que él hubiera imaginado. Algo debía de haber pasado, tal vez aquel beso había sido robado, o acaso...

El rey Edmund trataba de encontrar más de una excusa para aquel momento que le rompió el corazón pero cada vez que intentaba pensar en alguna excusa, los pensamientos del rey volaban de nuevo hacia la misma escena. Cerraba los ojos y no podía dejar de verlos en aquella habitación besándose.

Por un momento el rey sintió que la esperanza se rompía en su corazón, y es que era cierto, Alison y él habían comenzado a escribir una historia de amor que nunca habían acabado, desde la vez en que la conoció hasta aquella ultima vez que pudo haber sido él, el que probase de sus labios.

Edmund necesitaba recobrar la vida y la respiración, debía de convencerse de que su historia aún podía ser.

El rey camino rumbo a su habitación, las palabras que escribía en su mente se rompían en mil pedazos, dentro de él había una furia y un deseo que jamás había experimentado antes, eran las ganas de golpear a Thomas, pero también las ganas de besar con mucha determinación a Alison.

Tal vez no había rastro de sus labios en ella pero si existía la huella de sus manos tomando las de ella. Él lo había sentido antes, ella se lo había permitido y lo había sentido, no sólo era lo que él quería, sino lo que ambos querían.

𝑵𝑨𝑹𝑵𝑰𝑨: 𝑳𝒂 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍✰︎ೃ °➫𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora